Una silla vacía. Una luz apagada. Una soledad en tinieblas. Y por si fuera poco, un nombre que atraviesa mis labios como una lanza. Y el grito ahogado de una madrugada sin estrellas. El frío naufraga allá afuera. Tu esencia en mi almohada. Tantas son las cosas que tengo para decirte. Y tantos son los silencios que me persiguen. Quisiera que entendieras. Ya sé que no puedes o que no te dejo, quizás. Y quizás lo que nunca sucedió en realidad, es la realidad. Que tú andes lejos de mis pasos, ahora, es un simple cuento mal narrado. Me contaron el final antes del principio. Mis sentimientos no son tantos. Te amo y te extraño. Qué más podría dar? Todo lo demás son estados. La soledad. La melancolía. El mutismo. El olvido. La noche. Y todos mis estados están justificados por mis torpes sentimientos. Tal vez será que la historia es repetida. Tal vez será que jamás estuviste aquí. Tal vez...Una vida suplicando por una vida sin sueños. Que el dolor se quede conmigo es tu culpa. Que la miserable caricia se vaya es mi culpa.
Deberías de saber que con dolor o sin dolor, con memoria o sin memoria. Con luz o en las tinieblas. Con cielo o sin estrellas. Con alma o sin piel. Con lágrimas o suspiros. Con esperanzas o sin fe. Con cruces o sin dioses. Con sed o sin besos. Con delirios o sin razón. Con premeditación o sin huellas. Con pies o sin alas. Con recursos para afrontar el frío o sin frío en invierno. Con flores o sin jardín. Con amor o sin amor. De cualquier manera, siempre te amaré, aún sin mi...
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