jueves, 27 de mayo de 2010

Tumbas de la gloria (Fito Paez)

Tu amor abrió una herida
porque todo lo que te hace bien
siempre te hace mal
tu amor cambió mi vida como un rayo para siempre,
para lo que fue y será (lo que fue y será)
la bola sobre el piano
la mañana aquella que dejamos de cantar
llegó la muerte un día y arrasó con todo,
todo, todo un vendaval
y fue un fuerte vendaval
Algo de vos llega hasta mí,
cae la lluvia sobre parís
pero me escapé hacia otra ciudad
y no sirvió de nada porque todo el tiempo estabas
dando vueltas y más vueltas que pegué en la vida
para tratar de reaccionar
Un tango al mango revoleando la cabeza
como un loco de aquí para allá, de aquí para allá
después vinieron días de misterio y frío casi como todos los demás
lo bueno que tenemos dentro es un brillante,
es una luz que no dejaré escapar jamás.
Algo de vos llega hasta mí,
cuando era un pibe tuve un jardín
pero me escapé hacia otra ciudad
y no sirvió de nada porque todo el tiempo estaba yo
en un mismo lugar, y bajo una misma piel
y en la misma ceremonia
yo te pido un favor,
que no me dejes caer
en las tumbas de la gloria,
gloria, gloria, gloria

martes, 25 de mayo de 2010

Todo te lo doy...

Todo lo que tengo te lo doy, todo menos mi silencio, en él guardo las palabras para nombrarte en esta ausencia o en mi soledad, da lo mismo. Te doy mis encallados libros de anonimato cautivo, mis tardes de confesiones ciegas al olvido, mi llanto para que riegues los recuerdos, hasta te doy mis sueños para que entiendas mi locura.
Te ofrezco mis injustas condenas a la melancolía, mis fugaces realidades, mis cajones revueltos, las calles de mi laberinto, las cenizas del último adiós, las páginas siempre en blanco de un futuro sin testigos y también la constelación de mi techo en ruinas. Todo te lo doy, pero no mi silencio, mi silencio me lo quedo para poder escuchar el eco de tu mirada cada vez que necesite volver…
Ayer me fui para volver hoy. A veces, muchas veces, no puedo entenderme. Es agotador ir y venir. Pero no sólo el hecho de viajar hasta mi amada ciudad natal, la que me vió crecer y la que elegí abandonar. Es que siempre estoy yendo y volviendo. Me embarco hasta el olvido y regreso con más recuerdos de los que llevé. No lo entiendo, realmente. Juré tantas veces no volver sobre mis pasos que ya perdí la cuenta, y sin embargo, siempre acabo volviendo al punto de partida. Alguna vez podré mantener mis promesas? Quizás no.
Voy y vengo en un triste recorrido por las calles, nunca llenas, de este universo privado al que me obligo a visitar de vez en cuando...y me canso.Me frustro con tanta facilidad que parece un milagro la decisión de volver. Y ahí voy de nuevo...

jueves, 13 de mayo de 2010

Otoño desde mi ventana...


Un domingo gris, una tarde para dejarse seducir por la melancolía, un estado de paz sin permiso. La tristeza se me pegó en los huesos y hoy se mira a la cara en este día de otoño desde mi ventana. No es tan complicado entender mi tristeza. Si alguien pudiera ver cómo el cielo desprecia al sol, cómo el sol se vuelve tan vulnerable ante el otoño...
La mirada se pierde en un recuerdo. Y en ese recuerdo, tus ojos. Tus hermosos ojos, no puedo describir tanta belleza, menos hoy cuando el otoño se filtra por la ventana.
Las calles están vacías, mi universo está en pausa, justo sobre mi latido. Encuentro refugio en este momento sólo aquí, donde nadie se atreve a perturbar el equilibrio. Por aquí, la soledad es el refugio ruin de tu ausencia. La soledad y el otoño, no tan marchito aún, me envuelven hasta dejarme sin aire, sin excusas, sin explicaciones, sin cigarrillos, sin nada. Hace frío afuera, lo puedo ver, pero aquí hace más frío. Mirar hacia afuera, esperando que vengas a abrigarme es una más de mis tantas torturas privadas. Sé que no vendrás, no estás ni siquiera cerca como para salir de esta casa imaginando que podría encontrarte de casualidad al doblar la esquina (y ni siquiera creo en las casualidades). Me niego a imaginar. A estas alturas, ya me prohibí imaginarte. Es demasiado estrecha la frontera que separa mi cordura del enorme mundo de locos que existe allá afuera.
Este otoño será un martirio para mis huesos. Necesito un abrazo, y sólo el silencio, otra vez, se acerca y me toma en sus gélidas manos. Otra vez lo mismo...silencio...
Debería dejar de hacer esto, escribir sin pensar, pero tengo que vaciar mis manos antes de irme a dormir. Sé que me vuelvo incoherente, no puedo evitarlo ni me importa si algo de todo esto tiene sentido. Me dejo llevar por las palabras que piden a gritos salir de mi alma...y termino aquí, en este espacio inmensamente vacío...y me quedo con tanto por decir, con tanto por callar...

Las cosas se distorsionaron demasiado. De repente ya no sé lo que estoy pensando. Me descubrí inmersa en un gran laberinto del cual no quería salir. Tengo cada una de las llaves que me sacarían de aquí. Pero no quiero. Esta contrariedad me está llevando lentamente a navegar por aguas turbulentas. Preguntas imposibles de transcribir me golpean en la cara. Sentimientos encontrados. Un amor que no me atrevo a revelar, ni siquiera en el silencio de la noche. Una ternura incapaz de abandonarme. Un rencor barato de siglos atrás...cosas que se mezclan con razones y no quiero salir.
Hay un manojo de llaves esperando en la puerta más cercana...tengo al alcance de un suspiro las llaves para las puertas que no me atrevo imaginar siquiera...qué maldita irrealidad es esta? Pienso que todo esto que siento, que me llena y me vacía al mismo tiempo, le está pasando a alguien más. No soy yo...
Acabo de entender que todas las llaves están aquí, pero no quiero salir de este laberinto, ya me acostumbré al silencio, al martirio del frío de las noches oscuras, al murmullo de la luna en penumbra, al vacío perfume de una sombra...me acostumbré y a pesar de hallar las llaves que me liberaran de todos los fantasmas, de todos los sufrimientos, hoy prefiero dejar ese manojo de llaves donde está, no tocarlo, no vulnerar su estado de quietud. La monotonía finalmente ha ganado la batalla, finalmente he aceptado mi destino.

jueves, 6 de mayo de 2010

Un compañero incondicional en estos últimos cuatro años ha decidido abandonarme. Me siento como despojada de una parte de mi cuerpo. Ya no recuerdo mi vida antes de tenerlo, es tan estúpido esto, no puede ser, yo vivía perfectamente bien antes de él, pero hoy no puedo recordar cómo hacía, y sinceramente no sé cómo haré ahora...
Mi celu acaba de morir en manos del tiempo y el agotamiento...qué puedo yo hacer?...nada, no depende de mi, sólo es tan tonto pensar en lo que lo extrañaré...y bueno...ya encontraré otro en algún mercado...pero realmente lamento que me haya abandonado...
Hace ya demasiado tiempo que estoy en esta esquina. A nadie le importa, lo sé, y no es que debería de importale a alguien, sólo es que justamente no hay nadie...nadie, se entiende, no? es como si el aire simplemente entrara en mis pulmones, en realidad, no lo estoy respirando, sólo entra, no me siento respirar...no siento que esté viviendo como en realidad lo imagino. Y dale con la realidad, sigo enfrentándome con ella, ya entendí que existe a pesar de mis torpes intentos por evadirla (sobre todo de noche, cuando hace frío en esta casa y estoy sola con todos las sombras que siempre me acompañan), si, existe, la veo, la palpito, la siento, y me amenaza, me corrompe, me obliga a seguirla...y no está buena la realidad. Por qué no puede dejar de torturarme? No, no crean que estoy loca, no se trata de eso, soy absolutamente consciente de la realidad (quizás más consciente que de otras cosas) y ahí, a veces, está mi mayor problema. En estos momentos la realidad es un muro infranqueable para cada uno de mis sueños...
Quizás debería, y digo debería porque no estoy segura de nada ultimamente, debería partir hacia otra ciudad, u otra esquina, ver esta realidad desde un lugar y espacio diferentes, cambiar el escenario sería un buen recurso para no perder de vista mis sueños. Aunque, claro, no lo sé...no sé si sería capaz de ver el cielo de otra manera.
Y de la realidad a la melancolía...así acaba esto...hoy me pesa la realidad, la soledad de esta convivencia conmigo que sólo me ha vuelto más egoísta de lo que alguna vez me permití...
En fin, vuelvo al silencio...mi mejor compañero por estos días...