viernes, 29 de julio de 2011

Tuve un sueño, ahora una duda...

Hoy madrugué, eran las diez y media de la mañana y es un milagro despertar antes del mediodía. Sucede que entre las pastillas para dormir (que no son para no soñar como las de Sabina) más mi trabajo y mi noctambulidad me obligan a acostarme tarde, bien tarde y por consiguiente, no puedo, ni aún haciendo el intento, levantarme más temprano. Pero desperté con cierta incertidumbre. Tuve un sueño, uno de lo que recuerdo, al menos. Y sería un sueño más sino no fuera por el hecho de que me encontré con cierta persona, cierta alma que ya no forma parte de mi sendero, ya no camina a mi lado. Y es que a veces estos destinos que nos atraviesan son demasiado traviesos y pocos confiables. Siempre me asalta la duda cuando alguien aparece en mis noches o no tan noches, de esta manera. Comienzo a preguntarme el por qué. Sí, no sé ustedes pero yo siempre ando buscando los por qué, y termino buceando en el pasado y hasta en lo que no pasó pero podría haber pasado, sobre todo en este caso, cuando esta hermosa alma ya no es una estrella más en mi universo. En fin, ahora ando dudando entre llamarla y preguntarle cómo está, quizás no está bien, quizás está muy bien, o si me quedo de brazos cruzados, algo que me sale bastante bien en estas situaciones, y así me quedo con la duda eternamente anclada en mi propia alma. Es que, verán, solíamos ser amigas, en realidad creo que siempre fue mi amiga, yo no llegué a convertirme en tal para ella, pues nunca sentí que confiara en mi, y la cuestión es más compleja pero para sintetizar no sé muy bien cómo actuar. Siguiendo mis impulsos, la llamaría, sólo que no suelo ser impulsiva, las veces que lo intenté no terminaron bien las cosas. Y esto va más allá de un simple sueño. Se trata de almas. Todo el tiempo nos estamos encontrando con personas. Algunas se quedan y llegan a ser tan importantes como aquellas que se van y nunca más sabemos de ellas. Pero todas, al menos en mi, dejan un huella, una marca, cuando no también una cicatriz. Y esta persona con la que soñé ha sido considerada una especie de alma gemela por mi, es que acaso nunca les ha pasado?, nunca se han encontrado con alguien que jamás antes habían visto y de pronto es como si se conocieran desde siempre? No sintieron esa familiaridad en la mirada? Es como una especie de reconocimiento automático. Bueno, en fin, a mi suele pasarme, no con todas las personas con las que me cruzo, pero sí con algunas y son esos los momentos en los que más deseo que el tiempo se detenga. El hecho de haberme cruzado con esta alma y el otro gran hecho de que haya desaparecido de mis horizontes por simples cuestiones ajenas al entendimiento de todos, incluso del mío, me dejan sin pretextos, sin excusas para acercarme o para intentar acercarme cuando me pasa esto que me pasó, soñar con ella y de pronto sentir la necesidad casi absurda de saber cómo se encuentra. Es que bueno, hay muchos que saludan o preguntan cómo estás por simple educación o costumbre, en realidad, para esta loca sin motivo, preguntar cómo estás? es realmente querer saber cómo estás, sino, la verdad que ni me molesto, pero bueno...el día ya empezó de nuevo, las calles están llenas desde antes de mi despertar, y es posible que acabe por no hacer nada, por quedarme con la duda instalada como espina en el alma, o quizás, si junto coraje en el resto del día, hasta puede que le escriba un tímido correo y así me saque la incertidumbre...(y en el fondo, en lo más profundo del alma, sólo le temo más al silencio que a la ridiculez)...

jueves, 28 de julio de 2011

...como mejor me convenga...

Cae la noche y para variar, comienza el temporal. Los vendavales de tu voz que no me escucha arremeten con más fuerza que mi pobre voluntad por no encontrarte. Quizás tengo demasiado cansancio, quizás es cierto lo que me dijo la doctora los otros días, no tenés nada, NADA. Vaya uno a saber por qué entonces se me escapa el aliento. Quizás yo también tengo razón al decir que no puedo respirar de tanto extrañarte. Sueños y miedos se filtran por las hendijas de la taciturna e insomne oscuridad, la misma que envuelve y protege tu recuerdo. Es que tu recuerdo es como la manta que me cubre el alma, un haz de luz invisible, un escudo de ciegos soldados protegiendo tu recuerdo de mis ganas de presionar la tecla "Supr" como si fuera así de fácil, y todo resulta ser el espejismo más real hasta este tímido momento en el que te espío dormir. Y es que por espiarte, hace semanas que no duermo. Y sin dormir, ya sabemos cómo acaba el cuento. Yo intentando descifrar los acertijos del universo mientras los que me rodean comienzan a pensar seriamente en que quizás perdí la razón. La verdad es que poco me importa lo que les pasa por la cabeza, me importa más lo que te pasa a ti por el alma, y como quizás no lo sepa nunca, me armo la historia como mejor me convenga, o sea, creo que estás pensando en mi y que quieres abrazarme. Al final, cuántos saben la verdad? El mayor riesgo que corro al correr contra la rutina y mediocridad es permanecer lejos de la verdad que otros dicen tener, que otros dicen que existe. Siempre estaré a contramano, no porque vaya dormida y me confunda de esquina al girar, sino porque siempre veré el cielo con otros ojos, y sentiré la brisa con otra piel, porque simple y llanamente, soy otra...
Me iré a reposar con el libro de Rosa Montero, "La loca de la casa", que se me hace familiar. Los sueños que no tengo, los puedo inventar, como a ti, mi amor, que no te tengo pero puedo inventarte. Pensarías que puedo confundirme, y si, un día ya no habrá vuelta atrás, algún día vendrán por mi con un chaleco blanco pero hasta entonces, y luego también, seguiré amándote, extrañándote, imaginándote...

miércoles, 27 de julio de 2011

Seguir escribiendo...

Últimamente las escasas ideas se me fugan y acabo en el único espacio que me permite recuperarlas, este, mi universo. Volví a caer en el maldito vicio del vacío y del silencio, aún teniendo tanto por decir, las palabras se me ríen en la cara y desaparecen, jugando con mi paciencia, bastante escasa también por estos días. Tomo decisiones ridículas, como armarme un bolso con dos o tres pelotudeces y querer salir a patear rutas desconocidas para acabar envuelta en un terrible viaje a la demencia. Hay una intrusa dentro de mí. Quizás en realidad, pensándolo un poco, no es una intrusa, soy yo misma pero a través de un espejo no muy fiel, y tal vez, la infiel sólo sea yo que peleo contra nadie, o contra mí misma, pero en fin, parecemos dos habitando un alma un poco estrecha y bastante oscura. De lo que no puedo decir, de lo que no quiero decir, para ser más franca, a lo que realmente cuento, el trecho es sólo un nombre, un nombre que me lanza y me lanza, continuamente a este encierro. Somos dos o más quizás, la misma persona. Sé que no soy la única que pasa por este trance de personalidades, a veces no son sólo personalidades y no crean que tengo algún trastorno, aunque lo pensé y al hablarlo con la persona que me escucha aparentando entenderme, ya sé que no lo hace o que en realidad, sólo ha estudiado lo suficiente como para recibir un título y pegarlo en la pared, pero hablando con esta persona, me dijo que no, que no tengo ningún trastorno, tengo demasiadas cosas en silencio reposando a orillas de un precipicio y que justamente se encuentra en mi alma, vaya novedad, no? Y cabe rescatar que pagar para que le digan a uno lo que ya sabe, me resulta una tremenda estupidez, pero también sé que es necesario, porque bueno, debido a mi cobardía y a mi falta de carácter, que gracias a dios es la parte que prevalece de mis dos yoes, tomo el camino más fácil, que es precisamente seguir andando sin sombra, es que el otro camino, el más complejo, por el que me quiere llevar la otra yo, es demasiado brusco y doloroso, prefiero seguir así a no tener cómo dar explicaciones. De igual manera no me gusta dar explicaciones aún cuando todo el tiempo ando dando explicaciones y mis tormentos se trituran de tantas y tantas explicaciones pero ni así logro que me abandonen.
La parte que prevalece de mis yoes es la que anda vaciando los cajones porque le apasionan los estantes vacíos, así siempre hay lugar para acomodar, siempre en el siguiente orden, las derrotas y las victorias. También es la que se dispone de buena gana y se sienta a leer para no tener que pensar e incluso la que, aún teniendo mucho para decir, prefiere escuchar pues a veces, hay ciertas voces que suenan demasiado bonito como para desperdiciarlas. Pero ya saben, existe la otra parte, el lado oscuro o el lado menos luminoso, y esa es la que me obliga a permanecer inmóvil cuando vienen a buscarme los perros hambrientos de la desesperación. Y es la misma que piensa que lo que pudo haber sido, hubiera sido si no le hubiera hecho caso a la otra yo, la que se escapa y no tiene paciencia para esperar. Incluso la declaro culpable de mi maldita costumbre de despertarme antes de que suene el despertador, que me obliga a permanecer despierta para no perderme nada sin entender que necesito cerrar los ojos un rato más para saber que no estoy sola y que no me pesa la decisión de quedarme sola cuando es que así lo decido.
Hay una que se esconde cuando aparece el amor y la otra le grita en la cara todo lo que siente. Está esta otra que alquila estrellas para ver mejor a la luna y otra que seduce a la oscuridad para no tener que ver nada más, como si así no siguieran sucediendo los días y las cosas que pasan en esos días. La otra parte me pide que salga a destrabar cerrojos por los senderos llenos y re contra llenos de alimañas y de espíritus no muy amigables, mientras que la otra me ruega por que permanezca atada a la silla de los buenos momentos y nunca salga más allá de las ocho de la noche, es que según me dice, luego, los traviesos duendes de las penumbras juegan con las fronteras y arman laberintos adornados de botellas para que nadie pueda volver a su casa y así poder, ellos, disponer del tiempo necesario para desarreglarlo y desordenarlo todo, hablo tanto de la casa como del alma. En fin, enloquecer no era tan mala idea considerando que ahora ya estoy loca, y después de todo hay quienes se aniquilan con sustancias ilegales y acaban peor de lo que acabé yo, o mis dos yoes, pues una no es sin la otra, y aún siendo tan antagónicas mis dos partes, ambas van de la mano, tironeando, eso sí, y a los empujones pero andan a la par, y sinceramente, me cansan, me saturan como si fuera alguna especie rara de solución química, me hartan, me consumen las energías que necesito para afrontar los días y no morir en el intento. Realmente me asfixian, me quitan el aliento cuando las encuentro forcejeando, inútilmente busco escabullirme cruzándome de vereda o girando en la cama o escuchando música a todo volumen. No puedo librarme de mis yoes, terminaré aceptando a ambas partes de mi misma porque presiento que sucederá todo aquello a lo que le temo, pero eso ya es otra historia, y las historias que se confunden son las que no se cuentan en el momento oportuno…
Entre ambas, en una lucha sin cuartel y menos en este fino invierno (como aquel precioso libro de Soriano: "Cuarteles de invierno"), me sumergen en el abismo de la incoherencia y de la nefasta mediocridad de cualquier vendedor ambulante de sueños más propios que ajenos, un ladrón más que lleva a la promiscua idea de fallecer sin dejar un legado en este mundo cada vez más loco y menos lleno de sentimientos que hagan vibrar al alma o que valgan la pena.

Intenté por todos las caminos, dejar huellas y no sombras, dejar palabras y no silencios, siempre quise que me abrazaran y que me dejaran en paz con mis sueños, con mis pesadillas y con todo pero el tiempo me resultó demasiado ridículo cuando comprendí que estaba pasando sin dejarme tatuajes en la piel, esa especie de escudo del alma, pero luego descubrí para alivio de las personas que me aman y para consuelo de mis realidades, que estaba haciendo todo lo contrario a lo que deseaba, pues abandonaba sombras en lugar de pasos, canjeaba silencios por sordos oídos y me quedaba cruzada de brazos sin tenerme el alma que en esos momentos andaba por otros horizontes menos tenebrosos que el de siempre, y entonces, decidí que era tiempo de regresar sobre mis propias palabras, tragármelas y poner al descubierto lo que realmente quiero ser y hacer. Hay gente que sabe más de mi de lo que yo puedo imaginar y también hay quienes creen saber todo y en realidad no saben nada, pues para ambas escribiré. No existe mayor soledad que al momento de tomar una decisión, y he aquí la razón de tanta acumulación de soledades, pues la vida siempre pasa por el puente de las decisiones, y tú, si, tú que ya sabes quién eres, tú tendrás la oportunidad que jamás te di, tendrás la oportunidad de encontrar la verdad sin tantas vueltas y sin tantos silencios.

Confieso que yo sólo quiero ser libre, libre de mí y de los otros. La rutina de vivir como todos y ver que el sol sólo puede verse de día, y de caminar pisoteando las huellas de otros, no es para mí, no quiero eso. Quiero la libertad de estar donde tenga ganas de estar...a partir de ahora esto dejará de ser eso que nunca sucedió, será un montón de pensares y creencias y preguntas para que el que quiera pueda venir a saludar y confundirse tanto como yo. Seguiré escribiendo, lo único que puedo hacer para tener a la libertad de mi lado y de nadie más, pero no tendré la delicadeza de hacerlo bellamente o de intentar hacerlo bellamente, sólo escribiré y liberaré de la forma que se me ocurra todos los fantasmas que me habitan, y todas las voces que gritan en mis oídos serán escuchas por estos párrafos, aún si no es lo que nadie quiera leer o escuchar, a veces, sucede que lo que a otro le pesa a uno lo libera y, como no es lo mismo hablar que escribir, voy a intentar escribir hablando, sin más ni menos...que salga lo que quiera salir, que sea lo que quiera que sea, ya no es más "Lo que nunca sucedió", pues eso era el cuento o novela o historia quizás, de cierto amor que nunca sabré cómo terminó. A partir de hoy, este rincón de palabras simplemente será “Mi universo privado”, que ya, ya sé que no lo es tanto, aquí puede llegar quien no tenga mapas y quien quiera por simple voluntad o por amistad, pero lo llamaré así porque así están las cosas ahora, y como tengo cierta libertad para decidir, bueno, cambio el nombre y a otra cosa. Los cambios que son necesarios en otros aspectos de esta gran vida que llevo, los vuelco aquí, en este, mi universo privado…
En fin, seguiré escribiendo, intentando conciliar mis yoes y tratando de no amanecer sin una sonrisa o algún sueño para recordar durante todo el día…

martes, 26 de julio de 2011

Y ahora qué hago?

Asumí que no puedo respirar de tanto extrañarte, y ahora qué hago? te extraño y  verte es como si el alma volviera a mi cuerpo pero no puedo verte siempre, no puedo amarrarte a mi cuerpo como la sombra que a veces olvido que tengo, y duele...duele pero bueno, dicen que continuar es la idea mejor plantada en cierto universo de plegarias que no entiendo del todo. Y tiemblo de frío cuando nuevamente descubro que no estás. En estos días ando de olvido en olvido, hay días que ando de nube en nube y otros de silencio en silencio, por suerte o confusión, nunca lo sabré, no todos los días son iguales, salvo por el hecho de extrañarte, pero ya te lo dije a eso...
Y perdóname por tantos idas y vueltas, por no haberte sonreído ayer, pero deberías de entender que andaba sin amor, además de sin aire. No fue intencional rozarte y fugarme, tampoco fue intencional escaparme en el preciso momento en que apareciste, justo ahí, en el horizonte de mi mirada. Suelo perderme cuando te acercas, pierdo el sentido, el aire, la razón, las palabras, que no lo creas ya escapa de mis torpes intentos por convencerte y yo me escapo como delincuente acorralado, me escapo de tu lado para darme cuenta luego que no puedo respirar estando tú tan lejos de mi piel, de mis caricias...y te extraño...un abrazo me daría el oxígeno que necesito por estos días. Quizás el delirio ya me consumió y de tanto negar acabé por no creer...y ahora qué hago? no puedo matizar nada más y los extremos me tironean aún estando en la cuerda floja. Siento que no puedo más, y saldré pero sólo para cometer más locuras, como gritarte en la cara que te amo, aún cuando a ti te importe un rábano lo que me pesa tanto por dentro...
A veces, cuando me confundo de sombra, me pregunto y pregunto a todo aquello que me rodea si es que acaso, por simple casualidad, no existirá mejor forma para escapar que no sea esta tontera de la ignorancia y la indiferencia, porque sucede que a menudo, los naufragios menos recordados, son los más trágicos, al menos para mi alma. Pero como son tantas las veces que me confundo, ya no puedo deshabitar la noche en estos cuartos callados donde la vida que imaginé contigo se me acomoda en la almohada como uno de esos gatos que solía tener mi entrañable tía María, y ahí se queda pues, ronroneando en mis oídos todo la noche, esa vida sin voces para callar. Y la casa, eternamente en silencio, me cobija. Y los latidos chocan contra las paredes y se desparraman por los pasillos como si fueran los fragmentos de una marchita estrella caída. Me atormenta, no sabes cómo me atormenta pensar que quizás estés en los tibios brazos de otra amante, juntando las esquirlas de un amanecer, por culpa de los estragos de una noche que estalló dentro de lo que quedaba del alma. Mientras yo, habitante infeliz e inútil de las despedidas, sigo con los ojos abiertos de cielo en cielo, en los cuartos que siguen callados de una casa que rebalsa de fantasmas...
Reconozco poco de la realidad, encuentro mis derrotas maquilladas, mis cimientos astillados, mis instantes efímeros de sosiego, mi inmortalidad descubierta, mi peculiar placer por nadar en el turbulento mar de las palabras sordas, mi amoral conciencia por el olvido y aún siendo menos de lo que podría ser, asumo una vez más, que te extraño y que todo, todo acaba en ti. Y ahora qué hago con todo esto que sé y con todo aquello que sabes tú? Qué hacemos con la verdad cuando la verdad nos prohibe sonreír? Dónde vamos a ahogar las penas si cualquier sitio que frecuentamos, los otros y yo, termina siendo un simple y vulgar deja vú? Y qué habrás hecho tú con mis palabras? desde mi tímido hola hasta con las que le robé a Neruda...
Con tanta incertidumbre y tantos escombros, tantos derrumbes de pasiones, sin melodías el día es un castillo de naipes a la intemperie, y tu voz no llega con tanta distancia. Y ahora qué hago con las partituras de tus labios en este silencio de sepulcro sin muerte?

Ahora comprendo la vida pero sólo aquella que imaginé contigo, y navegando sin brújula buscando los naufragios más recordados, me vuelvo a preguntar y ahora qué hago sabiendo que estás con otra soledad sorteando las nubes de las tormentas, mientras yo sostengo tu alma? Qué hago, mi vida? Te la devuelvo o me la quedo? Si te devuelvo el alma siento que me quedaré a tientas, a ciegas y sin mi alma. Qué clase de ironía es esto? Qué maldita encrucijada del destino, qué fantástico dilema...

El silencio no se atreve a contestar, quizás sea lo mejor para esta búsqueda morbosa de alguna combinación que me de algo de alivio al tormento de amarte tanto, o algo de consuelo para esta tortura de extrañarte, y ya me parezco a cierto alquimista sin fórmulas y sin libros. Parece que mis tormentos, solventados por la realidad de no existir sin ti, son las huellas para continuar perdida y sin mapas.

No sé qué has hecho conmigo, ahora, las demencias de estas noches a solas con tu recuerdo y tu perfume, son los oasis que me permiten respirar en este cruel desierto que me habita desde que te perdí, porque tú no te has ido, yo te perdí...y duele, duele y el dolor cancela todas las emociones...me quedo sin miedo pero llorando y sin consuelo porque asumo que extrañarte me quita el aire y nunca estaré tan cerca del paraíso como cuando en tus manos, amor, ya sabes que no soy una buena persona, para serlo es preciso desterrar los bajos pensamientos y resulta que aún no me atreví a cavar más profundo...

domingo, 24 de julio de 2011

...en un ovillo de carne y huesos...

El aire se convierte es espuma, en una densa espuma. Aquí dentro las ilusiones son como los espejismos trágicos de las noches en vela. Tengo que salir. Y caminar es la mejor opción. Salgo pero en la esquina me atormenta la idea de no poder regresar y vuelvo, agitada, sin pisar el suelo. Las horas estallan en los rincones, y lucho con las escasas energías que me restan, contra todas ellas, y así llega la madrugada, sin sueños ni delirios y nunca sé qué es peor. No sé qué es peor, si no poder dormir o no poder soñar. Cada pensamiento, cada tormenta que nace me va convirtiendo en un ovillo de carne y huesos, pero sin alma, sobre una cama demasiado vacía. Y empiezo a comprender las verdades que me niego a recitar. Y empiezo a aceptar las mentiras que me obligan a escuchar. De pronto, el sol entumece mis ojos, y el llanto se presume poco digno para venir a consolarme. Descubro, envuelta en un terror sin precedentes, que son tantas las cosas pendientes...vuelvo a intentar respirar y me desmayo sin entender qué carajos está pasando. Me despierto sin noción del tiempo ni de la vida, escucho la canción de siempre a orillas de mi propia impotencia. Aletargada entre las horas que me vencieron y las voces que ya no puedo callar, malditas voces, suspiro para reencontrarme con cierta sonrisa y ciertos ojos...suspiro para volver a respirar...suspiro para encontrar el coraje de levantarme y salir a fingir por las calles que ya ni te recuerdo..

Lamento no ser lo que un día fui, lamento tener que sonreír cuando te veo...y tener un diluvio en el alma...las malas decisiones me trajeron al silencio, y ya no puedo salir, cosa que también lamento...

lunes, 18 de julio de 2011

Desisto...

Desisto absolutamente de la idea, de la precaria idea de olvidarte. Ya está. Basta. Me dejo caer en la verdadera historia, no soporto seguir caminado evitándote. Si he cruzarme con tu voz, que así sea. Si he de sucumbir en tu mirada, que sea lo que quiera Dios. Ya me harté de tantas vueltas, tantos esquivos y marchitos malentendidos. De cualquier manera vendrás a quitarme el sueño para llenarme de pesadillas las noches. Para qué voy a continuar habitando esta tristeza si es imposible llegar al olvido por los caminos tradicionales, los únicos que conozco, al menos. Se acabó esto de irme antes de que llegues, esto de dar cien pasos de más para no caer en tu sombra, maldito pueblo chico. Me da igual ya.
Hoy desisto y me abandono en los brazos del destino. Si nos volvemos a cruzar (inevitablemente así sucederá) tú no olvides que yo me aparté...yo me encargaré de recordar el por qué...te parece, amor? ah, perdona, se me olvidó que no puedo llamarte más así...

domingo, 17 de julio de 2011

Tan fuerte...

Otro día más sin sentirme acorralada por tu mirada y me quedo navegando sin más brújula que mi propia y desalmada melancolía. No sé qué hubiera ocurrido si aquella noche en lugar de escaparme por los caminos del silencio, te hubiera abrazado tan fuerte que me habrías pedido que te soltara. Y preguntarme esto es como preguntarse qué hubiera ocurrido si el lobo feroz hubiese sido en realidad un príncipe encantado...
Pero los días, y las noches, siguen pasando, mi vida. Y te sigo buscando y no te hallo ni en las fotos que acumulo sobre los estantes de una vacía biblioteca. Me acomodo en el sofá verde que acarició tu piel y cierro los ojos evitando la luz que entra por la ausencia de gente en esta casa. Y te imagino. Tu voz en susurros desprovistos de cualquier tipo de ficción. Tus manos claras rodeando mi cintura. Tu mirada de abismo y noche atravesando mi ceguera. Sabías que no necesito tener los ojos abiertos para sentirte? Sabías que es tan fuerte este sentimiento que me complica la vida? Quizás lo sabes mejor que yo. Quizás no encuentre nada mejor para distraerme que leer otra vez, el verdadero y cruel cuento de Caperucita Roja, porque al final, al final la historia siempre es otra...

jueves, 14 de julio de 2011

Noche...noche...

En las oscuridades del no entender, la realidad difama tu recuerdo. No es justo tanto calvario, tanto mutismo acorralado por tu ausencia, por tu triste ausencia. Que ya no vengas a visitar las taciturnas y trémulas manos que te conocen mejor de lo que imaginas, es una ilusión para el olvido. Cae la noche, bañándome de sueños descosidos por la trama absurda de tus labios, la mueca incoherente de tus labios y mientras lo hace, yo te estoy amando como si estuvieras aquí. Si vas a sonreír, amor, hazlo sin medias tintas. Ya sabes, necesito de las penumbras para solventar mi realidad, no necesito del día para continuar sin tus brazos. Abrázame ahora, en la noche noche, bien noche de mis irresponsables pensamientos y deseos. Siento que las penas ahogan mis palabras. Los lamentos inventados se han desecho como las cenizas del volcán que tu beso hizo estallar en mi...Y la noche, que no acaba nunca, es el fantasma que anida en mi garganta esperando por tu voz. Es la enemiga de mis realidades menos pensadas, si cuando pienso en tus manos, el sol opaca mis ojos, y recuerdo que tú me has encandilado, vida mía. Qué vulgares resultaron ser las estrellas si en la más odiosa de las comparaciones, las comparo contigo...
Podría decir cuánto amo, prefiero decir cuánto sufro sin tenerte...porque ni el universo en su infinidad sería capaz de abrigar y preservar lo que siento, y tú, tú estarías lejos de adivinar este tormento, amor...
Noche, noche amiga de mi silencio más aterrador, cuando imagino que te tengo en mi piel y susurro tu nombre sin piedad para mi alma...Noche de espejos nefastos para tanta realidad, para tanta realidad...Noche, noche de rincones sin escape para las palabras que se me escapan de las manos...Noche cómo vas a venir hasta mi almohada. Noche, noche que me acurruca en tu cuello cuando las horas viajeras se atormentan de tanto vacío...Vacío es tu ausencia, tu no presencia, tú...

Aunque no deba hacerlo

Aparentemente no dejaré de extrañarte...Le sigo el rastro a tu perfume, lo busco hasta en las páginas del libro que no terminaré de escribir jamás, como un viajero busca en la brújula que no tiene, su norte. No puedo sentir esto que no me atrevo a pronunciar en voz alta por temor a perderlo. He vuelto a ver tus manos, he vuelto a recordar tus caricias, he vuelto a sentirte en mi piel, por qué es tan difícil arrancarte de mi. La mitad de mi vida estuve buscándote y ahora que te encontré no se cómo retenerte...ni modo, no? quizás es tiempo de dejarte ir...
Ya te lo he dicho, mis manos tienen mejor memoria que mi alma, déjame rozarte un instante más, acariciarte un minuto más, necesito esa sensación para encontrar un punto justo de escape. Escapar a mis universos, no a otra realidad, no existe otra realidad, la única que existe la conoces tú y todos, yo te amo...si no puedes sonreír con semejante verdad, ya no sé si podrás...
Y aunque no deba hacerlo, más por temor que por otra cosa, seguiré extrañándote amor, seguiré arrebantándole momentos compartidos a la noche, seguiré aquí, como siempre, aquí...

martes, 12 de julio de 2011

Aún cuando no sea la mejor idea...

La penumbra vuelve a saborear los rincones que me rodean.  No es tan fácil escapar de esta melancolía. Resulta ser que estás con él, y yo pensando en ti. Y resulta también que recordé tu mirada y el brillo en tus ojos, pero no era a mi a quién miraban, y esos ojos que tienes y que hacen daño al mirar. Ya no puedo seguir extrañándote de esta cruel manera. Hice de todo por alejarme, por no acercarme, por no verte más. Pero el sentimiento, los sentimientos son demasiado inmanejables, son la tormenta que se acerca y que no me permite salir a la calle por temor a que me atrape el aguacero en mitad del camino. Los sentimientos me mantienen presa en esta habitación sin retorno y sin luz, temo poder salir y refugiarme en tus ojos, aún cuando no sea la mejor idea. Sólo necesitaría que me abraces para que el temporal pase o que venga para quedarse pero que nos encuentre fundidos, uno en brazos del otro...
No estoy bien, amor, pero supongo que algún día se irá esta locura ingrata que viene a visitarme cada vez que recuerdo dónde estás y con quién estás. Mientras yo, José, el mismo que te amó cuando aún no te conocía, el mismo que jugaba con las palabras y que luego se dejó arrastrar por la mediocridad, mientras ese mismo José, te ama envuelto en una tristeza demasiado valiente, demasiado tenaz para mi, siempre cobarde, alma...

lunes, 4 de julio de 2011

Yendo hacia atrás...

Y parece que el silencio no puede decir más de lo que yo callo. Razones tengo de sobra, lo que me falta es coraje sangrando por mis heridas. No soy la heroína que maquillaste con ternura y piel, no lo soy. Soy una simple alma errante, yendo y viniendo por los centenares de cuentos que aprendí de niña. Nunca sabría dónde estoy si no fuera por esta arraigada costumbre de ir y venir. Jamás volverá a existir sólo un lugar para mi, ese era tu mirada y ya no me atrevo a mirarte. A fuerza de golpes y caídas, aprendí a olvidar pero lo hice y usando recursos pocos comunes, también supe seducir a la soledad y ya no me pesa.
Intenté en varias ocasiones explicarte las leyes que rigen mi universo pero no he logrado que lo entendieras, quizás sea lo mejor. Si sólo hicieras las preguntas correctas, yo no tendría que dar tantas vueltas!!! Quizás encuentre justificación en una frase que me obligo a no pronunciar, podría decir “soy así” pero ya sabes, me parece una simpleza y lo simple no me ha gustado nunca. Por eso es que tú me gustas tanto, no eres para nada simple. Y como una cosa lleva a la otra, siempre vuelvo a escribirte como si pudieras leerme, o quisieras, en el mejor de los casos.
Y yendo hacia atrás, descubro que sólo has hecho una sola pregunta correcta y regresando al presente te la vuelvo a contestar, aún cuando la historia ahora sea otra, la respuesta sigue siendo la misma: si. Pero soy cobarde (por algo vivo sola) y errante como la estrella que se fugó del firmamento el día que nací. No soy, ya no soy la poetiza difusa que te sembraba sonrisas por las noches. No soy ni la mitad de la sombra que era a tu lado, en tus brazos. En cambio, sí soy la que te ama a pesar de no tener alma y tú, tú eres para mí como el anillo que llevo en el dedo y que compré la tarde en que acepté lo que sentía por ti. Y sigo caminando por los oscuros senderos de una eterna noche nublada…imaginando que tus sueños se cubren de estrellas bajo una noche sin nubes…

(A veces, no entender forma parte del saber, amor, casi como ocultar forma parte de mentir)

Contradicciones...

Que se calle el ruido y hable el silencio. Que todas estas angustias en calma enciendan la brecha que liberará mis lágrimas pero no quiero llorar, otra vez. A pesar de mi necesidad casi absurda de oscuridad, me hace falta la luz para ver tu sombra en mis manos.
Siempre ando haciendo preguntas con la esperanza de que nadie las conteste. Siempre ando vaciando cajones para volver a llenarlos, y aún así me quedo sin espacio, pero sé que es culpa de tu nombre porque lo digo tantas veces que ya no cabe ni en mi garganta.
Tengo una muy constante inconstancia que me obliga a ir y venir. Hacia el olvido deben haber dos o tres caminos y hacia vos, ninguno. ¿No es ironía es su estado más puro?
Descubrí que mi verdad era una mentira y que de tanto maldecir, logré bendecir tu ausencia, y ahora ambas me persiguen cuando queriendo caminar salgo corriendo.
Te rogué que esperaras y nunca supe cómo llegar. Te dejé esperando cuando quise abrazarte. Procuro no encontrarte y te encuentro procurando olvidarte. Y me rio para no llorar cuando descubro tu sonrisa y vuelvo a sonreír.
Te amo pero aprendí a vivir sin vos. Te necesito, es cierto, pero puedo seguir extrañándote, si aún no me he muerto por hacerlo, quizás en algunas eternidades me acostumbre o puede que (como dice Bosé) nos volvamos a cruzar para intentar que la historia sea diferente…

Redundancias válidas...

En esta triste tristeza, supongo entre suposiciones que te perdí perdiendo con el destino. Por jugar el juego del olvido, me olvido de olvidar y termino sin llegar, llegando a ninguna parte. Y se me parte el alma al partir. Disimulando sin disimular lo que siento y siento sentir esto que no entiendo ni queriéndolo entender. Y solita la soledad se arrincona en el rincón que te pertenece. Intento despertar, intentando no despertarte y descubro que no estás y vuelvo a murmurar entre los murmullos de la noche. Soñé que en tu sueño, tú soñabas conmigo.
Te dije entre dichos mi verdad, mi verdad más verdadera y nunca supiste que te estaba diciendo la verdad, o si? Sabías sin saber que sin querer te quise? Otra duda para seguir dudando y caminando.
No siempre el siempre se cumple. En tu mirada miro tu alma al mirarte y me quedo quieta y sin mi alma. Y en tu estrella me estrellé. Sin regreso al regresar y sin cielo aún así te estoy queriendo. En este estado de quietud y resistencia, resisto a la locura de enloquecer sin razón. Mientras tú sigues creyendo que el mundo cree lo que quiere creer y yo creo que creyendo en ti todo estaría bien.
Tu silente silencio es lo más parecido a la paz que conozco y esta ausente ausencia que te nombra y me lanza a la barbaridad de escribir sin pensar demasiado, es lo más parecido a la soledad que puedo encontrar…
Volviendo a casa, tarde en la noche, con los huesos helados, voy construyendo el sueño que me obliga a respirar: tú me amas.