viernes, 29 de julio de 2011

Tuve un sueño, ahora una duda...

Hoy madrugué, eran las diez y media de la mañana y es un milagro despertar antes del mediodía. Sucede que entre las pastillas para dormir (que no son para no soñar como las de Sabina) más mi trabajo y mi noctambulidad me obligan a acostarme tarde, bien tarde y por consiguiente, no puedo, ni aún haciendo el intento, levantarme más temprano. Pero desperté con cierta incertidumbre. Tuve un sueño, uno de lo que recuerdo, al menos. Y sería un sueño más sino no fuera por el hecho de que me encontré con cierta persona, cierta alma que ya no forma parte de mi sendero, ya no camina a mi lado. Y es que a veces estos destinos que nos atraviesan son demasiado traviesos y pocos confiables. Siempre me asalta la duda cuando alguien aparece en mis noches o no tan noches, de esta manera. Comienzo a preguntarme el por qué. Sí, no sé ustedes pero yo siempre ando buscando los por qué, y termino buceando en el pasado y hasta en lo que no pasó pero podría haber pasado, sobre todo en este caso, cuando esta hermosa alma ya no es una estrella más en mi universo. En fin, ahora ando dudando entre llamarla y preguntarle cómo está, quizás no está bien, quizás está muy bien, o si me quedo de brazos cruzados, algo que me sale bastante bien en estas situaciones, y así me quedo con la duda eternamente anclada en mi propia alma. Es que, verán, solíamos ser amigas, en realidad creo que siempre fue mi amiga, yo no llegué a convertirme en tal para ella, pues nunca sentí que confiara en mi, y la cuestión es más compleja pero para sintetizar no sé muy bien cómo actuar. Siguiendo mis impulsos, la llamaría, sólo que no suelo ser impulsiva, las veces que lo intenté no terminaron bien las cosas. Y esto va más allá de un simple sueño. Se trata de almas. Todo el tiempo nos estamos encontrando con personas. Algunas se quedan y llegan a ser tan importantes como aquellas que se van y nunca más sabemos de ellas. Pero todas, al menos en mi, dejan un huella, una marca, cuando no también una cicatriz. Y esta persona con la que soñé ha sido considerada una especie de alma gemela por mi, es que acaso nunca les ha pasado?, nunca se han encontrado con alguien que jamás antes habían visto y de pronto es como si se conocieran desde siempre? No sintieron esa familiaridad en la mirada? Es como una especie de reconocimiento automático. Bueno, en fin, a mi suele pasarme, no con todas las personas con las que me cruzo, pero sí con algunas y son esos los momentos en los que más deseo que el tiempo se detenga. El hecho de haberme cruzado con esta alma y el otro gran hecho de que haya desaparecido de mis horizontes por simples cuestiones ajenas al entendimiento de todos, incluso del mío, me dejan sin pretextos, sin excusas para acercarme o para intentar acercarme cuando me pasa esto que me pasó, soñar con ella y de pronto sentir la necesidad casi absurda de saber cómo se encuentra. Es que bueno, hay muchos que saludan o preguntan cómo estás por simple educación o costumbre, en realidad, para esta loca sin motivo, preguntar cómo estás? es realmente querer saber cómo estás, sino, la verdad que ni me molesto, pero bueno...el día ya empezó de nuevo, las calles están llenas desde antes de mi despertar, y es posible que acabe por no hacer nada, por quedarme con la duda instalada como espina en el alma, o quizás, si junto coraje en el resto del día, hasta puede que le escriba un tímido correo y así me saque la incertidumbre...(y en el fondo, en lo más profundo del alma, sólo le temo más al silencio que a la ridiculez)...

No hay comentarios: