viernes, 2 de noviembre de 2018

buena vida...

te extraño, extraño tu sonrisa triste, tus ojos brillar y achinarse...te extraño...no entiendo por qué es tan difícil volver a coincidir...
haberte abrazado tantas veces, no fue suficiente, los recuerdos se van consumiendo a medida que los utilizo para traerte a mi lado, es un truco maldito, alguien maldijo a mi memoria...
extraño compartir el aire de un suspiro, la luz de una luna en penumbra, extraño saber que puedo ir a buscarte, extraño pasarte a buscar para ir a ver peces de colores...
extraño las sobras del fin de semana, la cena de los domingos...
he aprendido que tu ausencia podía ser una sombra acompañándome, te he convertido en sombra y en luz, un compuesto extraño, lo sé, pero nada es tan raro como extrañarte cuando la gente me pregunta cómo estoy y yo ni siquiera puedo responder, vos eras la única persona que sabía todo de mí, y duele...vuelvo a empezar, siempre vuelvo a empezar, vuelvo a quererte y a odiarte...
un te extraño debería ser suficiente para que vinieras a abrazarme...pero no, no lo es y está bien así, todo está bien..
extrañarte me vuelve un poco más cruel con los demás, es que hay tantos a quienes amar, tantos que me aman, y yo acá, extrañándote a vos, sólo a vos...
ya intenté de muchos modos dejar de hacerlo, me arrojo a esta manera absurda de vivir, te extraño y ya, que sea así, que siga siendo así...
extraño mirarme en tus ojos, escucharte reír por alguno de mis malos chistes, extraño los sábados de películas, de dormirnos a la mitad...
quizás te juzgué demás, quizás no supe qué hacer al ver que te perdía, es probable que no haya sido capaz de expresarme bien, ahora, hoy, sólo existe algo de lo que estoy segura, te extrañé cuando nos perdimos, te extraño aún cuando pasaron años e inevitablemente te extrañaré cuando pasen siglos...
lamento la distorsión de la historia...de un modo que jamás seré capaz de expresar...ojalá pudieras leer mis ojos...
buena vida y felicidad es todo mi deseo para vos...
gracias por todos esos años de alegrías y tristezas, por las pruebas, los obstáculos y los abrazos...


Cartas perdidas. 02 de noviembre de 2018

miércoles, 24 de octubre de 2018

una sonrisa

Perdón, perdón por las partes rotas, la escalera en construcción, la cama en puntas de pie, el placar aplacado en el desorden, las paredes manchadas de alquitrán y de sueños marchitos. Todo está quebrado, se quiebran los sentidos, el olfato olvida tu aroma y el pánico aterriza en el lado vacío de la cama. Qué desastre este cuarto, este cuarto de hora todo ha sido astillado, como si una bomba hubiera estallado y tan sólo sonreíste antes de besarme, una crueldad para alguien como yo que se ha muerto tantas veces en los labios de una sonrisa...una sonrisa y todo vuela por los aires. Si conocieras mi silencio, todo, absolutamente todo sería más sencillo, incluso lo que no puedo explicar, en fin, por ahora sólo deberías saber que entenderme es más complicado que sonreír. 

lunes, 10 de septiembre de 2018

no siempre...

Existen días en los que el espejo se torna cruel, un espejo que se convierte en ausencia, una ausencia que te convierte en espejo. No siempre puedo, no siempre me siento capaz de explicar lo que pasa por mis ojos y se desvanece antes de poder transformarlo en palabras. Verás, tengo recuerdos bajo mil llaves, tesoros escondidos para cuando me pierdo pero también tengo recuerdos que son dagas y voces atroces que se me ponen enfrente y no me dejan avanzar. A veces quisiera que pudieras entender todo con solo una mirada, y otras veces, preferiría que no me miraras. Mis silencios no siempre son vacíos de palabras, muchas veces están llenos de palabras pero mi voz no puede salir, mi voz se encuentra atravesando laberintos eternos y así me voy diluyendo, y así te vas espantando. No creas que no tengo nada para decir, sólo no tengo la voz para ciertas palabras.
Afuera la noche estalla y acá dentro todo se astilla, todo se fragmenta, mis sueños se dejan seducir por el olvido y yo siento que me caigo, me mareo, me extravío entre las calles y sus fantasmas. Cuando me veas con la mirada opaca, acariciando las agujas del pasado, no te vayas...mi silencio dice más que mis palabras...

domingo, 2 de septiembre de 2018

ya dejalo...

Que perturbador es mirarte, quizás más perturbador sea encontrarte mirándome...tus ojos son una rama del caos. Es simple perderme cuando te escucho perdiéndote, tengo mucho para decir pero escojo un silencio absurdo en alguien como yo que apenas puede contenerse a tu lado, pero elijo callar, morderme las palabras y fingir que te doy la razón, no es por cobarde es por tristeza. Verás, quizás no pero quisiera que vieras lo que yo veo, quizás así pudieras entender mejor, no es que tenga la verdad, pero tengo otra idea, sólo que no escuchás y me callo, me aferro al mutismo para no contrariarte, para no contradecirte, no por cobarde, no por miedo a tu respuesta, sino porque es triste, muy triste verte sufrir por algo que podrías cambiar totalmente. Hay más respuestas que preguntas, pero invertís los papeles, le das poder a algo que no tiene autoridad para resolver enigmas, le das sonrisas a sombras que alguna vez pudieron ser aliadas pero que ya no, y yo te observo y me vuelvo efímera, me convierto es cicatriz, en fantasma...Te vi acomodar los sueños, amontonar los futuros recuerdos en un intento de manipulación del destino, cosa inverosímil pero no lo entendés. No siempre lo que merecemos es lo que necesitamos. Y muchas veces, lo que necesitamos no lo merecemos. Dejá que la luna se acomode a su antojo, las estrellas caerán cuando quieran, no cuando vos lo desees, no funciona así. No importa cómo quieras que sean las cosas, no importa cuánto desees que algo suceda, a veces, las reglas son otras, hay veces que el caos es un principio de paz, un precipicio al amor. Dejá que el tiempo arrope tus pestañas, que el silencio acompañe tus ocasos, es más simple entregar el control...de verdad...ya dejalo...ya es hora de abrazar el caos, de amigarte con esos sueños no cumplidos, de besar esa mueca de felicidad que te persigue como utopía, ya para...la eternidad dura un par de años, no más, a veces es ahora o nunca...
Todo lo que merecés está a la vuelta de la pérdida del control, no podés controlar el destino, ya tenés edad para aceptarlo, para entenderlo. Aunque tus ojos sean más hermosos que el atardecer de septiembre, no podés ver y yo no puedo prestarte mi mirada...ojalá las huellas sirvieran para algo más que para no perderse...
Me sigo callando, la tristeza algún día se irá, mientras espero le tiro un deseo al universo, que te premie y haga coincidir lo que merecés con lo que necesitás...

jueves, 21 de junio de 2018

sí puedo olvidar

El universo es mudo, y le pedís que te explique lo que no puede...por eso, te lo explico yo que sí tengo voz aunque esté rota...

Existen demasiadas causalidades pero muy pocos destinos atados o muchos destinos desatados y pocas casualidades, porque mientras vos y yo consumimos atrocidades de un futuro quebrado, nuestras almas se preguntan cuánto hemos cambiado para que tu abismo se ría de mis sombras...

Quizás, este silencioso amor custodiado por soldados ciegos es la frontera, el límite para aceptar que nada queda para regresar. No hay vuelta atrás, la rosca se trabó, no gira más, hasta acá llegan las súplicas y los incendios, las lágrimas y los relojes de arena. Hasta acá llegan las caricias y la nieve que cae, nada para volver. Vencidos pensamientos y ridículos mandamientos, ¿de qué modo volver? ¿volver a dónde? Vos podés mentir pero no podés olvidar, ¿qué tan lejos estamos del mar? yo no puedo mentir pero sí puedo olvidar, el mar es un sedante. 
Y ese abismo que hoy nos separa es el abismo de un universo mudo, donde un solo verso es testigo del dolor pero cómplice de la alegría, esa alegría de verte caminar en silencio hacia mi, esa alegría de saber que a pesar de todos los intentos, nada queda por hacer y cualquier cosa puede suceder, como aquella quietud del desencuentro, ese sabor amargo de lo que nunca sucedió, y que ya no me aniquila por completo porque no queda absolutamente nada a qué regresar, ni una sombra en páginas blancas, ni una caricia en paredes manchadas de alquitrán, no hay nada, la rosa marchita se incendió, las cenizas volaron con mi último suspiro. No peleo más, no tengo ni toalla para tirar, se me agotaron las excusas, las plegarias, los rezos, los pedidos, no existe ni la misericordia de la distancia...te suelto, otra vez, una vez más pero para siempre, amor, para siempre...
Puedo jugar con todas las palabras, puedo fingir que no veo los libros riéndose de mi, que no veo cómo trepan por las escaleras buscando tus cartas para devorarlas, allá afuera hay demasiado cobardes, muchos no creen en mis delirios, ni siquiera son capaces de encontrar su reflejo en el espejo...
No sé cuántas veces más debo decirte que tu belleza desborda los marcos de los cuadros, deshabita las sábanas que me envuelven para no padecer de frío. Tu belleza ocupa los rincones que antes estaban llenos de fantasmas, fantasmas reales y crueles con mis silencios a sabiendas que sin silencio me pierdo...me mareo...me fugo...
En realidad, ya no tengo palabras, te amo pero la herida no cierra con un abrazo eterno ni con un murmullo extremo. Te extraño y extraño ser con vos como nunca más fui con nadie, no podrás entenderlo, lo sé, me llevó siglos comprender que tu amor es un recuerdo, no es real, es un recuerdo, no es ahora, es un recuerdo como vos, como yo, como nosotros...tu amor es un recuerdo.
Sólo le pido al universo que te lleve al amor y que el amor te envuelva como a partir de ahora te envuelve mi olvido...

(una vez más escribo para entenderme, no para que vos me entiendas, no para que vos sepas, escribo para entenderme y no desaparecer en el intento)

lunes, 16 de abril de 2018

hasta que amamos

cuántas lunas encallaron en mis manos
y cuántas caricias naufragaron en tu marea...

tantas lunas estallaron en mis ojos
y tantas caricias se estrellaron en tu vacío...

fallaron los pronósticos
y los horóscopos
fuiste más cruel con tu olvido
que yo con mi silencio

cuántas estrofas murieron en el espanto
cuántas palabras atemorizaron tu distancia

tantas estrofas escribió tu cuerpo
y tantas palabras calló tu lanza

caminando en la noche 
sangrando los insomnios
fui llegando a tu puerta
y mi amor fue bendecido
con el agua dulce de la garúa

cuántas vidas pasaron sin amor
cuántas muertes pasaron sin amor

ya no sé cuántos universos creé
para poder abrazarte cuando quisiera
sé que tengo esta ausencia
y esta ausencia te tiene a vos
y yo a vos te amo
y este amor
este turbio amor
me salva la vida
porque...

porque sólo hay vida sintiendo amor...

(en tu lanza acaricio tu nombre
en tu mirada de noche y abismo
sigo naufragando
a pesar de tu maldito olvido)

todos los días el amor mueve montañas
todos los amores son imposibles
hasta que amamos

todos los amores
todos los rencores
todas las distancias
y todas las ausencias


lunes, 2 de abril de 2018

otros cielos

Agonizan los sentidos, tu perfume perfora los espacios y llega hasta aquí. 
Pierde estrellas la noche, la luna brilla por su ausencia mientras la ciudad reclama un chaparrón que hace meses descansa en otros cielos. otros cielos y otras casas. Fantasmas marchitándose en los senderos que no llegan a ninguna parte. Empiezo asfixiarme y alucino. Alucino para entender la realidad. Escapo de este cielo para hallar tus ojos en otra mirada, en otros cielos, siempre es triste el otoño sin sol, siempre es triste mirarme sin tus ojos. 
Afuera el universo se desviste para llamar tu atención, se vuelve otro, te invita un café y vos seguís mirando para otro lado, otro cielo, otros ojos y otra visión. No se puede, así no puedo convencerte de mi amor. Así no puedo convencerme de que existís. Sigo alucinando porque en otros cielos habrá el mismo silencio que este cada vez que te pregunto ¿de qué color ves todo con esos ojos? 
Ahora no sólo agonizan los sentidos, agonizan el alma y las palabras...todo se adormece y empiezan a caer cielos sobre cielos, infinitos finitos amontonados al final de la tarde, las manos atadas a un laberinto extraño de cielos despojados de espejos, nada dónde mirarse, se siente igual que no tener tu mirada posada en mis ojos. Nunca sabremos qué hubiera pasado si en estos cielos hubieras escuchado a mi universo...mi universo privado de todo menos de amor para esos ojos de otros cielos que mirás sin saber lo que buscás...

martes, 27 de marzo de 2018

rezo...

y rezo...rezo a un dios incrédulo, mal alabado, olvidado...Rezo con las manos unidas, rezo en lenguas extrañas, no recuerdo cuando recé así alguna vez, quizás alguien más me escuche, rezo por tu última huella, tu última luz y mi primer crimen.
rezo cada noche en un regazo lleno de lunas, a la espera de que una puerta se abra en esta cárcel de piedras y calles, de casas habitadas por fantasmas, cárcel llena de delincuentes que han robado besos y roto corazones...cobardes sin refugios...rezo por vos y por ellos, por mí y por ellos. rezo porque no sé llorar.
te extraño como si pudiera remediar lo que hiciste conmigo. rezo para que vos te liberes de esta carga, mi amor por vos, y sigo rezando, lo único que puedo hacer escapar de la cárcel de tus ojos...

lunes, 26 de marzo de 2018

todo un verano


La luna agoniza entre mortales sin imaginación, entre destellos de lucidez sin calma y nadie eleva un suspiro. Me desespero y todo apunta al sur. Allá donde todo un verano te amé y donde toda una vida te extrañaré. Tengo una certeza ingrata, en un rincón del planeta ha de existir otra luz, otra luz que grite y no calle. Otra luz que sea valiente y misericordiosa. Verás, acá la luz exagera los demonios y las sombras cuando se dirige a ciertos labios o al amor. A veces la luz exagera los tiempos y disfraza al reloj de paredón, de fortaleza infranqueable, impenetrable...por estas latitudes sin abrazos, la luz exagera las alegrías como la oscuridad hace lo suyo con las tristezas. 
Hace algunos siglos, todo un verano estuvo enfermo el cielo, miserable y ausente de miradas no supo qué hacer, se mantuvo en un casi atardecer, ni luz ni sombras, una perpetua hora mágica. La luz exageró las verdades e incendió los absolutos. No todo tiene explicación, nunca entendí por qué todo un verano es suficiente para no volver a soñar. Quizás no sé mirar, quizás no sé llorar, quizás la luz exagera para no desaparecer. Después de todo, ¿qué hace la luz que no haga la oscuridad?