El universo es mudo, y le pedís que te explique lo que no puede...por eso, te lo explico yo que sí tengo voz aunque esté rota...
Existen demasiadas causalidades pero muy pocos destinos atados o muchos destinos desatados y pocas casualidades, porque mientras vos y yo consumimos atrocidades de un futuro quebrado, nuestras almas se preguntan cuánto hemos cambiado para que tu abismo se ría de mis sombras...
Quizás, este silencioso amor custodiado por soldados ciegos es la frontera, el límite para aceptar que nada queda para regresar. No hay vuelta atrás, la rosca se trabó, no gira más, hasta acá llegan las súplicas y los incendios, las lágrimas y los relojes de arena. Hasta acá llegan las caricias y la nieve que cae, nada para volver. Vencidos pensamientos y ridículos mandamientos, ¿de qué modo volver? ¿volver a dónde? Vos podés mentir pero no podés olvidar, ¿qué tan lejos estamos del mar? yo no puedo mentir pero sí puedo olvidar, el mar es un sedante.
Y ese abismo que hoy nos separa es el abismo de un universo mudo, donde un solo verso es testigo del dolor pero cómplice de la alegría, esa alegría de verte caminar en silencio hacia mi, esa alegría de saber que a pesar de todos los intentos, nada queda por hacer y cualquier cosa puede suceder, como aquella quietud del desencuentro, ese sabor amargo de lo que nunca sucedió, y que ya no me aniquila por completo porque no queda absolutamente nada a qué regresar, ni una sombra en páginas blancas, ni una caricia en paredes manchadas de alquitrán, no hay nada, la rosa marchita se incendió, las cenizas volaron con mi último suspiro. No peleo más, no tengo ni toalla para tirar, se me agotaron las excusas, las plegarias, los rezos, los pedidos, no existe ni la misericordia de la distancia...te suelto, otra vez, una vez más pero para siempre, amor, para siempre...
Puedo jugar con todas las palabras, puedo fingir que no veo los libros riéndose de mi, que no veo cómo trepan por las escaleras buscando tus cartas para devorarlas, allá afuera hay demasiado cobardes, muchos no creen en mis delirios, ni siquiera son capaces de encontrar su reflejo en el espejo...
No sé cuántas veces más debo decirte que tu belleza desborda los marcos de los cuadros, deshabita las sábanas que me envuelven para no padecer de frío. Tu belleza ocupa los rincones que antes estaban llenos de fantasmas, fantasmas reales y crueles con mis silencios a sabiendas que sin silencio me pierdo...me mareo...me fugo...
En realidad, ya no tengo palabras, te amo pero la herida no cierra con un abrazo eterno ni con un murmullo extremo. Te extraño y extraño ser con vos como nunca más fui con nadie, no podrás entenderlo, lo sé, me llevó siglos comprender que tu amor es un recuerdo, no es real, es un recuerdo, no es ahora, es un recuerdo como vos, como yo, como nosotros...tu amor es un recuerdo.
Sólo le pido al universo que te lleve al amor y que el amor te envuelva como a partir de ahora te envuelve mi olvido...
(una vez más escribo para entenderme, no para que vos me entiendas, no para que vos sepas, escribo para entenderme y no desaparecer en el intento)
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