miércoles, 31 de diciembre de 2008

Fue o será...

Las historias se entrelazan como tu cabello con el viento. ¿Cómo es que sucedió esto? Hasta no hace un par de minutos vos y yo no éramos nada, ahora nos une un pasado de otros que nunca imaginé. El tiempo parece detenerse. Los fantasmas, los objetos perdidos que ya nadie recuerda, las luces de un universo en pausa, mis ojos rebalsados, mis uñas maltrechas, tus manos, tu silencio más charlatán que mi soledad, y ningún testigo cerca, esto debería de ser una ilusión. Cuántas primaveras obligadas a callar, cuántas sombras tiradas al tacho de recuerdos. Ya no puedo comprender muy bien lo que decís, son demasiadas horas sin ojos cerrados, son demasiadas copas sin fondo. Quizás por esto no logro descifrar el misterio. Es cruel este destino, siempre andando separados y en un pestañear, las historias que no vivimos se amontonan sobre nuestras cabezas. Y todo cae pero en cámara lenta. ¿No te parece que acabamos como no debíamos? A mi escaso entender, acabamos perdidos bajo el mismo cielo, suspirando rencores baratos de otros tiempos, de esos tiempos en los que sonreíamos sin saber la razón. Los recuerdos se me mezclan con los sueños pero no creo ser la única persona a quien le pasa esto, supongo que de tanto esquivar el encuentro acabamos sin brújula por los senderos del olvido. Lo que más lamento es que la historia se repetirá...y será como si nunca hubiera sucedido...

jueves, 18 de diciembre de 2008

Todo se emborracha de olvido y yo ni con alcohol consigo olvidar las noches de cielos vacíos, las historias repetidas y repartidas por todas partes. Qué tristeza tan grande, tantas compañías y ningún oído, tantas lunas y ninguna marea. Ya no sé qué más hacer, la habitación se tornó gigante, temo perderme y no poder regresar...

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Si...(a mis amigos)

Si perdí mi razón, si lo hice, fue para no discutir con la tuya.

Si en algún momento me aferré a los silencios, si me refugié en ellos, fue para no atormentarte el alma con toneladas de palabras.

Si un día desafié tu paciencia fue porque me superó la indiferencia.

Y si en algún momento se cerraron mis puertas fue porque no quería contagiarte mi locura.

Ven y abrázame un instante pero no lo hagas como la última vez que me abrigaste el alma y dejaste mis pies descalzos, al borrar tus huellas.

Mis Amigos

Pasan el tiempo
compartiendo ilusiones,
a veces se convierten
en libertadores de sueños,
ilusos en realidad...

Construyen castillos irrompibles
de crepúsculos observados
a medio mirar

Van por la vida
derrumbando muros de soledades,
enfrentan al dolor
con sus propias palabras,
matan a la mentira
con sus únicas verdades.

Iluminan oscuridades taciturnas
con sonrisas de medio lado
o con carcajadas incontrolables
que logran, en mitad de un silencio,
hacer temblar a cada fibra del alma.

Chantajean al olvido
con miradas de agonía
y hasta disminuyen distancias
con palabras tiradas al viento.

Pasan el tiempo
compartiendo sueños
y luego deben soñar
para matar el tiempo.

Son patriotas, testigos
en mi única vida,
son mis ojos, a veces,
mi aire
y con ayuda de sus almas
son mis amigos,

mis amigos
hacen infinitas mis estrofas,
mis versos sin sentido,
mis letras sueltas sin melodías,
hacen ciudades de mis soledades
y hasta alboroto en mi silencio.

Me enseñaron

Me enseñaron a sonreír aún con lágrimas en el alma, se metieron es mis tristezas descifrando sus mentiras y averiguaron por qué andaban por ahí inundándome de silencios.
Me enseñaron que a veces es preferible callar antes que pronunciar incoherencias y que este mundo sería menos loco si algunos, sólo algunos sintieran un poco más.
Se adueñaron de mi soledad son segundos de sus presencias...
Algunos se marcharon cuando comenzaron a ser imprescindibles para mi, siempre desorientada alma y así me enseñaron que la distancia no existe si el sentimiento es el mismo.
Otros se quedaron acompañando mi inútil espera por lo imposible para enseñarme que lo improbable suele suceder con mayor frecuencia que lo probable.
Con miradas de agonía al mutismo y abrazos de consuelo me enseñaron a liberar mi dolor.
Y me enseñaron a ser feliz sólo con lo que tengo más allá de las carencias y más acá de las riquezas: uno de sus silencios, una de sus miradas, uno de sus abrazos, una de sus tantas despedidas y un trozo de sus apreciables minutos...

martes, 9 de diciembre de 2008

La soledad...de Neruda (fragmento)

Es lo que no le pasó a uno
lo que determina el silencio,
y no quiero seguir hablando
porque allí me quedé esperando:
en esa región y aquel día
no sé lo que me pasó
pero yo ya no soy el mismo.

Declaración...



Estoy inevitable y absolutamente enamorada de esta niña. Te amo Anton.
Mis ojos brillan sólo porque tú me miras y en tu mirada se refleja mi alma, y en tus ojos veo tu alma. Necesito abrazarte cada día, aunque debería ser honesta, por escasa vez, y confesar que en realidad necesito que tú me abraces. Necesito escucharte decir, con esa voz de ángel, "madrina, te amo", sé que me amas y eso me basta para respirar...
No quisiera pedirte nada, pero debo hacerlo, debo pedirte, mi vida, que no me olvides... Sólo tu olvido me dejaría a la deriva...

Quiero que sepas algo Anton, desde el primer instante en que supe de tu existencia, desde el primer instante, aún si saber el color de tus ojos, desde ese primer momento, te amo... Eres el amor de mi vida...

Basta...

El silencio está hablando de nuevo, nuevamente tiene algo para decir, ya no lo puedo callar, la música no me sirve, la radio está rota, no funciona, los autos de la avenida se detienen, la gente enmudece, el perro de la esquina se calma, ya no desgarra el aire con su aullido, el viento se encerró en el edificio de enfrente, mis fantasmas se duermen en la silla, todos se amotinan contra mí. Nada ni nadie desea contrariar al silencio. Cuando él apareció todo lo demás se esfumó, cada ruido, cada bullicio, cada súplica, cada grito quedó mudo ante el silencio. Y yo, yo no quiero escucharlo a él, por favor. Sé lo que dirá, sé que me enfrentará cara a cara, en una lucha sin treguas contra el dolor. No necesito luchar contra el dolor, ya abandoné esa lucha, ya no quiero pelear, el dolor seguirá ganándome, es inútil pelear así, es absurdamente despareja esa guerra. Qué vuelvan ya todos los ruidos, es una súplica desesperada de mi cuerpo, quiero bullicio, sonido de pasos en la acera, autos matándose en la calle, perros peleando con el viento, gatos perdidos llorando en mi ventana. Basta de silencio, no lo tolero más. Quiero hablar todo el tiempo, que nadie me escuche, no me importa, de igual manera eso ya es una costumbre, hablar y que nadie escuche, pero basta de silencio. Es tan cruel, es tan cruel escuchar una y otra vez, a cada respirar, como un disco rayado, lo que el silencio tiene para decirme, ya me lo sé, ya no necesito seguir escuchándolo. Él llega, se sienta en mi mesa y baraja sus propias cartas, y luego quiere que yo le gane un partido de naipes marcados, es absurdo, tan absurdo que es gracioso.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Creí que en la distancia encontraría un paraje para calmar la sed de sus voces y la distancia fue cada vez más lejana. Se defraudó tanto, pero tanto, lo suficiente para no volver a preguntar. Pocas veces he visto tanta amargura en la mirada de alguien, gracias a dios. Y calló, calló y sus silencios conquistaron más que sus palabras, estas ya habían sido calladas, se sintieron inútiles, igual que él cuando no pudo acortar la distancia.
Y después de todo, qué es el silencio sino el eco de sus propias palabras no pronunciadas o pronunciadas pero jamás escuchadas.

Ausencia

La ausencia lo llena todo. Mi habitación, lo más sagrado mi habitación rebalsa de ausencia. Mis manos son ausencia en su estado más puro. Por eso, a veces, tengo que escribir, para vaciar mis manos. Camino y no dejo huellas, dejo ausencia. Su recuerdo es ausencia. La ausencia es todo y me deja sin nada.
Mi razón está llena de ausencia. Mi mirada es ausencia, me falta su mirada para descubrir que aún puedo ver.
Las cartas enviadas y jamás respondidas son ausencia. Observar el pasado, mirar hacia atrás es ausencia. Mirar a mi lado es ausencia. Ausencia de ella. Pasar por su pueblo es ausencia.
La ausencia lo llena todo. Mis páginas en blanco, mis libros olvidados, mis sueños postergados, mi falta de oyentes. Todo es ausencia.
La distancia es ausencia. Así estuviera a mi lado, sé que es ausencia. Ella es ausencia.
Cuando los sentimientos no tienen nombre, eso es ausencia.
Cuando los recuerdos no tienen nombre, eso también es ausencia.
Mi ausencia es toda suya, quisiera que se la llevara pero está aquí, sigue aquí, igual que ella, aún cuando no pueda verla...