miércoles, 22 de junio de 2011

No me acuses...

Nos encontramos por arte del destino, no creo en las casualidades y no quedó otra salida que saludarnos. Tu voz me atravesó los sentidos. Y tuve que cruzarme de brazos para escucharte. Pero todavía ahora no lo entiendes, verdad? Siempre viendo sólo lo que hay, sin deseos de ir más allá. Y la realidad es que no me estaba cruzando de brazos, me estaba sosteniendo el alma, amor, para que no se fugara contigo. Temía cometer otro error y ya no tener con qué pagarlo. Hasta ahora, la distacia no hiere tanto, sé dónde estás, sé que estás bien y con eso me basta. Pero aún temo que de soltar mi alma, esta se vaya hasta tus labios y el regreso sea un universo entre los dos. Ya te lo he dicho, un universo es demasido, un abismo todavía es transitable, pueden nacer alas, lo recuerdas? O debo pensar que a esto tampoco lo entiendes? No importa, un universo es demasiado. Simplemente por esto voy a pedirte que no me acuses por quedarme de brazos cruzados cuando aparaces por estos lados tan necios, estoy sosteniéndome el alma, amor...

martes, 21 de junio de 2011

Otra vez...

Tu voz absorbe mi ausencia de este mundo siempre en pausa. Puedo irme a otros universos pero siempre estarás aniquilándome. Quise alejarme de tu perfume y otra vez sentí que me consumía en esta hartante melancolía. Te vi a lo lejos pero tus ojos marchitaron mi libertad otra vez...y otra vez vuelvo a pasear por los abismos y los extremos de la noche. No hay distancia capaz de separar mi alma de tu mirada. Cuándo llegará el olvido? Maldito comediante sin espectadores. Esta vez no fui capaz, ni lo más remotamente capaz, de huir de tus labios. Quise quedarme ahí, arrinconada, espectante, tímidamente ahí. Qué gran farsa esto de escapar donde no me alcance tu voz. Tu nombre sigue y sigue atravesando mis espacios. Y tu mirada me mantiene al borde de la razón. Quedan tan pocas excusas ya. Ya no sé cómo buscarte y encontrarte...ya no sé...

viernes, 17 de junio de 2011

Efecto mariposa...

La noche no es buena consejera cuando pienso en tus manos. Desparrama malas ideas para acercarme a ti. Y no la quiero oír pero me gusta tanto esta oscuridad. Sólo la luz de un monitor reflejando el humo marchito de otro cigarrillo y tu recuerdo invadiendo la habitación, perfumando con tu esencia la casa. No me puedo zafar de los brazos de la tristeza y empiezo a escribir lo que jamás podré decirte a la cara. Es que no sabes cómo me atrapa tu mirada, cómo me atrapa y fusila tu mirada, mirarte a los ojos es clavar una lanza en mi alma. Despojada del martirio de tener que hablar, escribo, te escribo, amor...
Una vez más, y ya perdí la cuenta, caigo en la belleza del recuerdo. Los momentos compartidos aún estando partidos, dibujan una sonrisa en esta perpetua soledad. La ilusión me quita el sueño. Y camino por los senderos estrellados buscando tu nombre, camino hacia un pasado demasiado cercano. Es que tus ojos saben lo que siento porque tu nombre es lo que atraviesa mi alma. De qué oscura madrugada partiste para venir a maltratar así mi ternura? Te busco por los rincones que consumiste con tu voz y te hallo en el suspiro de la noche aquella cuando te pedí que no tentaras a mis labios...ya ni te acuerdas, lo sé...
El reloj apunta con exactitud la 1:23, y entiendo que estás durmiendo, soñando con alguien más, y sin saber, amor mío, que tu sonrisa de ayer, hoy le abrió las puertas a mis lágrimas...sin imaginar que el desvío de tu mirada provocó una catarata de angustias hoy en mi alma...
En este final de otoño, el caos que es mi vida depende de tu existencia...cuándo será que lo entenderás? Cuando hable, el silencio se ofenderá y acabaré perdiendo otra vez...es que acaso no lo ves? Si pensaras en mi un segundo, sólo un segundo, una sonrisa volaría deprisa para depositarse en mi rostro...pero...pero me olvidas y mi sombra es más grande, pierdo la razón, otra vez...
Bendita noche que no me dejas sola, benditas penumbras que me atan a la silla evitando que salga a buscar tus ojos (tu mirada la tengo anclada ya en el alma, sabías, no?)...

miércoles, 15 de junio de 2011

Hoy no es un día más...hoy cumplo años...pero te extraño María...mi ángel de la guarda...no estoy triste, sé que en la inmensidad de este universo me estás observando y sonrió sólo por eso, porque estás observándome...he nacido el mismo día que vos, y lo festejaré siempre...siempre...pero no puedo evitar extrañarte ni recordarte...siempre lo haré...

martes, 14 de junio de 2011

No hablemos de culpa...

Todo supuesto acaba en la resignación de una verdad. Al suponer que no te amo estás resignando o resignado a que tal vez sea cierto. Pero no lo es. Te lo he dicho tantas veces, si escucharas más cuando te miro no habría mentira capaz de confundir a la verdad. Porque la verdad es que si te amo, no hay negación. Te amo. Pero tú supones que no lo hago, resignando la verdad sin darle razones suficientes al tiempo para que no pase, sin darme espacios para llenar con besos, sin darme espejos para mirarte. Resignas con una torpe suposición todo lo que mi alma tiene para entregarte…Y no hablemos de culpa, por favor. La culpa es una excusa para evitar mis ojos, es como el pretexto que el orgullo necesita para florecer…Lo mejor que podríamos hacer es evadir todo supuesto, mirarnos simplemente, simplemente mirarnos y dejarnos guiar por lo que el alma considere adecuado…

El pacto

Déjame contarte un secreto. Hice un pacto con tu alma. Resulta ser que la encontré de madrugada hace unos meses. Iba robándole trozos de sueños a la noche y en uno nos cruzamos. Yo rogaba por no despertar, suplicaba que el reloj no sonara a la hora programada. Ya la había visto una vez. Fue aquella vez cuando tú y yo nos miramos y el tiempo se detuvo y el frío se quedó mudo. No me costó reconocerla. Mi ermitaña soledad es como una gran piedra para mi alma. Y tu austera seguridad es un continente para tu alma. Le pedí tu amor pero hicimos un pacto. Cuando yo obtuviera tu amor, debía negar el mío. No te parece justo? Pues a mi tampoco me resultó justo. Pero un pacto no se puede romper y por tener tu amor hubiera hecho cualquier cosa. Es así que por eso me alejé de tu perfume, de tus manos, de tu voz y de tu silencio. Leí en tus ojos que me amabas, ya sabía yo que esto sucedería así. Y me fui de tu abrazo. Y me alejé. Que tú me ames me convirtió en el ser más egoísta del universo. Egoísta y cobarde, obvio…

sábado, 11 de junio de 2011

Alguien como yo

Son tantas las cosas que ya no me sirven. Acumulé tantas cosas en el placar de los recuerdos. Hoy he comprendido que no necesito ya ciertos objetos guardados, embargados con el correr del tiempo. Comprobé que así como el polvo cubre los muebles, el tiempo se encarga de hacer lo mismo con las cosas. Difundí por las cuatro esquinas del universo, mi mundo, mi visión del mundo para ser más precisa. Desparramé cientos de palabras en escritos que no muchos entendieron, incluso yo misma a veces no pude entender y el precio que pagué fue demasiado alto para alguien como yo que nunca está del todo consciente. Es cierto que me amarré al silencio para no derrapar y caer en ciertos labios capaces de hacerme perder la razón pero no fue sólo silencio, hubo miradas que desperdicié. Hoy lo siento así. En aquel momento sentía que estaba rozando el cielo al mirar. Pero hoy no necesito tantas cosas que eran imprescindibles. Sí necesito de otras cosas. 
Tu voz se me olvidó ya. Aún no pude dejar tu sonrisa en el mismo paraje donde quedó tu voz. Supongo que ya lo haré. A veces cuando no estás pensando es cuando sucede lo que estás esperando. Y a veces lo incomprensible, como tus ojos, se vuelve claro. Existe una especie de manejo del destino, una suerte de mala carta en esta jugada porque siempre termino hablando de vos. Yo lo veo así, es que no quiero ya seguir hablándote como si estuvieras conmigo, si nunca lo has estado. No sabés lo que soy ni las sombras que tengo tatuadas en el alma. Pero siempre, siempre la historia termina con tu recuerdo en mi almohada. Las cicatrices de mis manos no pasaron la prueba de tu amor. Las líneas de tus manos me dijeron que no estarías junto a alguien como yo que no sabe hablar sin callar, que no sabe sonreír, alguien como yo que no puede suspirar sin tirar por la borda todas las miserias. 
En fin, aún te nombro entre las palabras que no entendiste, aún siento que muero de amor cuando te recuerdo, aún, aún estás anclado en mi alma a pesar de perder mi razón cada día un poco más. Porque no tengo motivos para olvidar tu mirada es que ando prófuga por las calles sin poder mirar. Irónico, no?

viernes, 3 de junio de 2011

Anestesiada...

Hoy ha sido unos de esos extraños días en los que al mirarnos al espejo nos preguntamos, qué carajos estoy haciendo? Supuse al primer paso de la mañana que todo iría cambiando según las horas pasaran. Siempre me miento de la misma absurda manera. Quizás la inconsciencia de cruzarme con tu mirada en alguna esquina me hizo desparramar plegarias en este día. No ha pasado nada de todo lo que realmente esperaba que sucediera. Me arrinconé a la derecha de la tristeza y dejé que me seduciera como siempre. Acabé el día sin poder dormir, sin poder soñar pero lo más lamentable, sin poder, aunque sea el más mínimo segundo, dejar de pensar en vos. Qué carajos hago pensando en vos? Tengo tantas otras cosas en qué pensar...me siento anestesiada, esta quizás sea la palabra más precisa para describir lo que me pasa y me pesa por dentro...anestesiada...y pensando en vos...otra vez...
Que el día se haya acabado y haya llegado esta morbosa noche a bañarme con tu sonrisa es sólo el comienzo de otra pesadilla...es que, como dice Arjona, hay que tener presente que el estar ausente no anula el recuerdo...

jueves, 2 de junio de 2011

A veces más, a veces menos...

A veces más, a veces menos. Así te quiero. Cómo podría justificar lo que siento si no te tengo? Es tan ridícula la situación que me dan ganas de reírme para esquivar el llanto, o podría llorar y alcanzar la risa luego de cierto tiempo, claro, después de ver lo ridículo, todo causa gracia. No soy ni la mitad de lo que he sido junto a vos. No tengo más sueños de aquellos que solíamos compartir, siempre de madrugada cuando no se sabe si lo que se dice se piensa o se delira o si sólo hablamos de dormidos sin recordar al día siguiente. Por más que busque las razones, sólo encuentro reproches. Histeria desventurada y bajos sentimientos. Quisiera encontrar una sola razón pero al toparme con tus ojos, no puedo ni siquiera pensar. 
A veces más, a veces menos, pero te extraño, también te extraño. Te busco entre los pliegues de las sábanas, entre los cientos de rincones que descubrimos juntos. Te busco hasta en las líneas de mis manos pero no estás allí ni en ningún otro lugar que quede por aquí. Estás lejos. Estás allá, en aquella perpetua soledad de alquimista frustrado. Estás allá, en aquella ciudad donde nada puede evitarse, ni siquiera el olvido.
Y a veces más, a veces menos, cada cual en su universo, somos cómplices del silencio. Vos por no saber escuchar, yo por no poder contestar. Quizás nos devoró la ficción que inventamos y terminamos sin mapas en una realidad demasiado gastada...

miércoles, 1 de junio de 2011

Nadie

Estuve vagando toda la noche, de bar en bar, de esquina en esquina, de mirada en mirada. Regresé al portal que siempre me acunó. Resultó ser que las mentiras fueron ciertas. Nadie entendió esto que me llena y me aleja. Resultaste ser lo que siempre sospeché. Ni más ni menos. Justamente lo que siempre supuse. Aún no sé por qué me enamoré. El amor es ciego, eso dicen, y parece que además de ciego es tonto. Mis locuras han hablado por mi. Me alejé del perfume de tu cuello sin saber que no podría vivir así. Me despedí de tus labios sin mirarlos. Y nadie apareció para ayudarme a levantarme. Nadie se preguntó cómo es que sobrevivo tan lejos de tu piel. Nadie se fijó en la ausencia de mi mirada. Nadie fue capaz de socorrer mis abrazos vacíos. Nadie vino a robarme las palabras. Nadie estuvo cerca para sabotear mis malos pensamientos. Nadie se quedó acompañando mis silentes lágrimas.
En fin, como dice un amigo de España, sigo sola, cuando no hay nadie estamos solos, no?