Estuve vagando toda la noche, de bar en bar, de esquina en esquina, de mirada en mirada. Regresé al portal que siempre me acunó. Resultó ser que las mentiras fueron ciertas. Nadie entendió esto que me llena y me aleja. Resultaste ser lo que siempre sospeché. Ni más ni menos. Justamente lo que siempre supuse. Aún no sé por qué me enamoré. El amor es ciego, eso dicen, y parece que además de ciego es tonto. Mis locuras han hablado por mi. Me alejé del perfume de tu cuello sin saber que no podría vivir así. Me despedí de tus labios sin mirarlos. Y nadie apareció para ayudarme a levantarme. Nadie se preguntó cómo es que sobrevivo tan lejos de tu piel. Nadie se fijó en la ausencia de mi mirada. Nadie fue capaz de socorrer mis abrazos vacíos. Nadie vino a robarme las palabras. Nadie estuvo cerca para sabotear mis malos pensamientos. Nadie se quedó acompañando mis silentes lágrimas.
En fin, como dice un amigo de España, sigo sola, cuando no hay nadie estamos solos, no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario