martes, 31 de mayo de 2011

...me quedan algunas vidas...

"...hace cuatro vidas que no soy lo que seré
y tengo una oferta del diablo por las próximas tres..."
(De No me despaches así)
Los Caballeros de la Quema

La soledad me atrapó en mitad de un sueño. Iba caminando hacia atrás por una orilla, parecida a tus ojos, mirando mis huellas y de pronto caí en la cuenta de que no había nadie más allí. Me desperté de madrugada, aniquilando el sueño con un suspiro. Resolví no recordar. A veces es mejor olvidar ciertos sueños. Vulgar mentira. Estuve todo el día pensando en ello. 
Intenté despejar las densas nubes que opacaban mis horas. No lo conseguí. Aún no lo consigo. Todas las veces que te amé. Todas las veces que te olvidé. Y sigues aquí. Tu sonrisa se lleva mis perdones. Tu boca se lleva mis insultos. Todavía no entiendo por qué sigo callando lo que siento. ¿Sería más fácil respirar si te gritara que te amo? 
Hace siglos que estoy anestesiada. Lo imposible sucedió. No me atrevo a mirar para atrás. Siento que estás esperando para tomar mi alma y no soltarla. Es que en cierto rincón sin testigos, nos amamos, amor. Y yo me escapé por las líneas grises de una poesía, llevándote en mi alma. Cuánto lamento no haberme arrojado al mar de tu mirada...
La soledad esconde tu nombre en la danza de las estrellas que marchitaron mis venas. Me quedan algunas vidas pero ya me castigaron con este inmortal amor. Quizás va siendo tiempo de aceptar que estaba equivocada...

jueves, 26 de mayo de 2011

Fuerzas Tata...

No sé dónde fue que lo escuché, pero alguien alguna vez dijo que el coraje no pasa por la ausencia de miedo. No sé dónde lo escuché pero hoy se trata de eso. Coraje es tener fe y no desistir porque aún con miedo oprimiéndonos el corazón, seguimos peleando, cada uno a su manera y como puede, pero peleando, siempre peleando y aferrándonos con uñas y piel a la certeza de  saber que algún día, la solución llegará. Pueden perderse algunas batallas, derramarse lágrimas de impotencia y hasta lanzar al aire mil insultos y preguntas como "¿por qué a mi?" o "¿qué hice para merecer esto?". Pero aún así, seguir luchando. La voluntad, la esperanza y el espíritu de lucha marcan esta pelea. Pusieron a prueba nuestra fe y nuestra entereza. Y aprendimos que sin miedo, no podría existir el coraje. Llegó el día que tanto esperamos. Llegó el momento de poner un punto final a esta historia que siempre nos dolió, que siempre nos tuvo con el corazón a flor de piel. Sabremos, finalmente, que todo estará bien. Todo volverá a estar bien, incluso mejor que hace seis años cuando esta tormenta comenzó a soplar. No puedo hacer más que escribirte para decir que siempre estaré, siempre estaré a tu lado. 
Sos la hermana que me permití elegir. Admiro tu coraje y sobre todo, esa determinación de no darse nunca por vencido. Te quiero, amiga de mi alma!! Amiga de mi alma!!!!

Esta será la última batalla, estoy absolutamente segura de ello, muchas fuerzas Gorda...

De cualquier manera...


Una silla vacía. Una luz apagada. Una soledad en tinieblas. Y por si fuera poco, un nombre que atraviesa mis labios como una lanza. Y el grito ahogado de una madrugada sin estrellas. El frío naufraga allá afuera. Tu esencia en mi almohada. Tantas son las cosas que tengo para decirte. Y tantos son los silencios que me persiguen. Quisiera que entendieras. Ya sé que no puedes o que no te dejo, quizás. Y quizás lo que nunca sucedió en realidad, es la realidad. Que tú andes lejos de mis pasos, ahora, es un simple cuento mal narrado. Me contaron el final antes del principio. Mis sentimientos no son tantos. Te amo y te extraño. Qué más podría dar? Todo lo demás son estados. La soledad. La melancolía. El mutismo. El olvido. La noche. Y todos mis estados están justificados por mis torpes sentimientos. Tal vez será que la historia es repetida. Tal vez será que jamás estuviste aquí. Tal vez...Una vida suplicando por una vida sin sueños. Que el dolor se quede conmigo es tu culpa. Que la miserable caricia se vaya es mi culpa. 
Deberías de saber que  con dolor o sin dolor, con memoria o sin memoria. Con luz o en las tinieblas. Con cielo o sin estrellas. Con alma o sin piel. Con lágrimas o suspiros. Con esperanzas o sin fe. Con cruces o sin dioses. Con sed o sin besos. Con delirios o sin razón. Con premeditación o sin huellas. Con pies o sin alas. Con recursos para afrontar el frío o sin frío en invierno. Con flores o sin jardín. Con amor o sin amor. De cualquier manera, siempre te amaré, aún sin mi...

martes, 24 de mayo de 2011

Has sido para mi...

"Pero eres para mi como la luna,
que podría contemplarte hasta ser viejo,
radiante y más hermosa que ninguna
pero siempre tan lejos..."
(De Lo más lindo)
Las Pastillas Del Abuelo

Te he visto caminar por las soledades, acurrucándote en una seguridad fantasmagórica y hasta te he visto desviar las manos que te llevarían a mis desiertos. Nadie más que tú siendo tú y tu sombra al resguardo de mis abrazos. No podrías haber elegido mejor. Lo entiendo ahora, ahora que entendí tus ojos. Tus ojos suplicando lo que jamás podrías entregar. No es irónico acaso? Te he dado más de lo que podrías imaginar. Más que a cualquier otro ser amado. Pero así acabamos. Tú siendo tú. Yo, bueno, yo sigo siendo el reflejo opaco de lo que fuiste tú para mi. Nunca nos entenderemos. Me envolví en tu mirar. Derrapé por las líneas de tus labios. Importa tan poco ahora. Si hubieras entendido lo poco que dije y lo mucho que no dije sabrías que has sido para mi y por lo visto, serás, como la luna. Radiante y más hermosa que ninguna, pero siempre tan lejos...

viernes, 20 de mayo de 2011

Otra noche...otra historia...

Creímos en el delirio de una noche, y pagamos el precio con olvido.  
Tengo más de un abrazo pero sólo tuve un te quiero. Y quizás y aunque duela, jamás quisiste que te quiera así como te quiero. Tus ojos cautivaron mi alma. Y no lo entenderás nunca.
Una luna en penumbras. El humo de casi el último cigarrillo quemando mis humedecidos ojos. Persiguiendo al posible amor de mi vida. Un camino que se abre, partiéndome el alma en dos y al final, como de costumbre, una soledad esperándome en la entrada de mi refugio. El corazón galopando, culpo al dolor que me agobia pero sé que en realidad la culpa es del atado de olvido que compré camino al reencuentro de alguien que no piensa igual. Y probablemente la gente no entienda todo este palabrerío pero hoy no me alcanzó el atado de olvido para olvidar o al menos, para mi pena aliviar..

jueves, 19 de mayo de 2011

Adicciones, vicios, malos hábitos, etc...

La cosa viene de confesiones hoy. 
Soy adicta al café por las mañanas y al mate por las tardes; al cigarrillo y a la oscuridad. Tengo la mala costumbre de no contestar cuando me hablan si estoy haciendo otra cosa, como mirar tele.Y también de ver tele con el volumen bajo y la radio encendida. Me declaro adicta a internet, a la lectura y a los libros. Me paso horas tirada en el sofá, leyendo. Gasto más dinero en libros que en comida. Tengo una biblioteca con libros leídos y otra con libros por leer.

Tengo el vicio del silencio. Me cuesta horrores desprenderme de él, por eso mismo que es un vicio. También, y para ser sincera tengo el mal hábito del olvido. Sospeché que no era conciente, pero lamento informar que sí lo es. A estas alturas de mi vida, con casi treinta peldaños, no tengo por qué ocultar nada. Resulta ser que olvido hasta el día en el que vivo. Lo único rescatable de esto es que también me olvido de las penas o sinsabores. Usted podrá juzgar qué tan malo puede ser.
Soy adicta a la contemplación del cielo nocturno. Amo las estrellas, la luna y sin luna también. Soy adicta a la noche, no hablo de la noche queriendo decir que me gustan las fiestas, sino de la noche en sí. Soy noctámbula.

Tengo la puta costumbre de arrojarme sin escudo a la melancolía. Y siempre me dejo seducir por la tristeza, que ya es un vicio más. Ah, y por si fuera poco, también tengo el mal hábito de la contradicción. Es que sino, me parece que me aburro. 
Mi alma es consumidora compulsiva de tu mirada. De vos no quería hablar pero parece que sos otra adicción.
Entre tantas adicciones y vicios no sé como es que todavía me queda tiempo para dormir...

Hace años que vivo sola y me acostumbré a hablar sola. Si, si. Hablo conmigo misma y con las cosas que me rodean, es una muy mala costumbre les diré, sobre todo cuando voy por la calle y me olvido que voy por la calle...También tengo el mal hábito de delirar y de inventar historias y de no decir lo que aqueja mi alma sino es escribiendo por ahí.
Supongo que quizás usted pueda pensar lo mismo, hay adicciones peores o no? al menos rescato que aún no me han internado...

Historia de la noche....

Son las ocho de la noche y llego de la oficina demasiado cansado y un poco alterado. El saludo fue innaudible. Me dejo caer en el sofá que compramos en oferta y cierro los ojos. Como siempre, tú empiezas a contarme de tu día. Me hablas y no respondo. Ya sabes que no quiero sonidos, pero intentas distraerme. Te quedas en silencio unos minutos. Suspiro. Vuelves a tirar palabras contra el mutismo. Vuelves a hablar cuando necesito que guardes silencio. No queda otra opción, pienso. O siento? Y la única salida que encuentro es estamparte en la boca un beso, lo que creo, buscabas. Y te pido, te ruego que calles unos instantes, sólo unos instantes. Deberías aprender a callar, amor, ya que no siempre tendré ganas de besarte...y no hay vuelta atrás. Caigo en tu mirada y otra vez te ruego, esta vez para pedirte que no me mires así. No vuelvas a mirarme así, que no sé de lo que soy capaz de hacer. Silencio. 
De pronto nos hallamos bailando sin sombras. Tu respirar es la mejor melodía. Tu agitación en mi oído, la única canción que necesito. Me tomas, me arrinconas contra la soledad. Te elijo a ti. Y me dejo llevar por tu aroma. Te beso y el mundo se detiene, estallan los sentidos, pierdo la razón. Me llevas a una habitación en ruinas que nunca decoramos y tu caricia en mi espalda me despoja de las dudas y los sinsabores del día. Te arrimas, lentamente a mi boca y te quedas ahí, agazapada, esperando mi reacción. Tomo tu rostro y te beso como si de tu boca dependiera mi existencia. Tus manos en mi cintura. Voces suspendidas en el aire. Suspenso en la quietud de los abrazos. Un beso en el cuello. El perfume de tu cabello en mis dedos. Susurrando. Y sin más ropa que la piel, caemos y naufragamos por las sábanas estrelladas y azules de la noche. En silencio y en penumbras, así te amé.
Y así, enredado en tus piernas y atrapado en tu aliento hasta el amanecer, adormecimos por unas horas, la pasión y el deseo. Sólo mi voz rompió las reglas, "te amo", antes de dormir. La realidad esta vez, se quedó sin pretextos y cayó derrotada en la almohada...Y afuera, hacia el oeste, van corriendo las nubes mientras te ruego que sigas mirándome así, amor...

miércoles, 18 de mayo de 2011

Historia del día...

"...Puedo ver
que el tiempo corre a prisa
pero al ver tu sonrisa
todo va bien..."
(De Pienso en ti)
 Gondwana



Eran las once de la mañana y caí en la cuenta de que aún no había pagado el alquiler. Fui hasta el sillón, rebalsando de cosas. Me costó trabajo, sobre todo por mi escasa paciencia, pero encontré el bolso. Si fueras más ordenada no tendrías tantos problemas. Sabias palabras de la vieja. En fin, busqué la billetera. Cuando estoy saliendo para ir a pagar el bendito alquiler, ese que me olbiga a trabajar horas extras, veo que no me alcanza el dinero. Entonces, por enésima vez, recuerdo las palabras de mamá. Si fueras más ordenada, bla, bla...Y no me queda otra opción que armarme de valor, abrigarme bien porque el invierno llegó antes que el otoño y salir para el centro, al banco más cercano. Y rogar por el trayecto que el cajero funcione o que tenga dinero. El sol no está tan mal. Me abrigué mucho sin necesidad. Pero bueno, ya estoy en camino. Mientras tanto y porque no me gusta caminar, comienzo con mi locura de siempre, según dicen de mi los que me conocen. A cada paso encuentro historias espacidas por las calles de esta ciudad sin héroes. Voy preguntándome qué le pasó al señor que camina tan despacio delante de mi y quién dejó una flor tirada en esas condiciones. Imagino que el cielo se cubre de nubes y la lluvia me atrapa en mitad de camino, sin poder volverme a casa y sin refugio. Cosas como estas voy pensando mientras camino. Hay miles de historias que nadie se atreve a contar, yo tampoco.
Miro la hora en el celular y recuerdo que puedo ir escuchando música. Estas simples acciones se me olvidan. Ya es tarde, dejé los auriculares en casa, sobre la mesa de la compu. Suspiro de cansancio, saco cuentas mentalmente, y faltan diez cuadras para llegar al banco. Otro suspiro, esta vez de fastidio. Detesto caminar, y sobre todo, caminar sola. Ya me había entregado por completo al hastío cuando te veo. Iba como siempre, ausente, pero me detuve para cruzar una calle y me quedé absolutamente inmóvil. No atiné a nada más, sólo a mirarte. Tus ojos sacudieron mis tristezas y mis, siempre, malos pensamientos. Tu sonrisa adormeció mis sentidos. No pude hilvanar palabra más tonta que un "hola" sin extensiones. Por supuesto que quise saber cómo estabas o qué andabas haciendo, pero fui tan incapaz de hablar como de dejar de mirarte. Y tu sonrisa ahí, en medio de los adoquines. Y tu sonrisa ahí, a mitad de camino de mi beso. Y a pesar del apuro, del tiempo que no se detiene, al menos en mi celular, a pesar de ello tu sonrisa me dice al oído que todo está bien. Y cruzo la calle, finalmente, no sin antes escuchar el bovinazo de algún auto, pidiéndome que preste más atención. Pero claro, él no se cruzó con tu sonrisa...


martes, 17 de mayo de 2011

Con o sin memoria

"...quedé atrapado en un espejo azul.."
(De El Espejo)
Maná

Presumías olvido desmedido para las caricias que te no te di. Injustificable comportamiento para alguien sin cielo. Yo me quedé donde siempre, atrapado en un espejo azul, desfigurando las líneas de tus manos, sólo por si acaso, un día volvías a partir.Y así sucedió. Volviste al punto de partida. Qué marchita decisión.
Sólo poseemos nuestras decisiones. Que cada uno pueda hacerse cargo es otra historia. Yo cargué sobre mi alma la distancia, tú jamás escogiste caminar con peso. Y está bien. 
Cuando no cuidaste los recuerdos, se transformó en tirano, el tiempo. Pude haber camuflado mi soledad pero tú jamás la hubieras entendido, ni de una forma u otra. Con o sin memoria, mi piel quedó a la intemperie. Cuántas cicatrices hubieras borrado si sólo hubieras abandonado esa postura altanera de mirar. No somos más que sombras dejando huellas, cuándo será que lo entenderás? Capaces de todo por un beso, incapaces de brillar sin luna. Y en tu mirada hallé mi perdición. Volviste a partir, como lo sospeché siempre, dejándome atrapado en un espejo azul...sin más escudo que la piel, sin más alma que la piel...con o sin memoria, siempre estarás aniquilando mis recuerdos...

La excusa perfecta

Dormirás en mis brazos. Dormiré en tu boca. Adormecida y noctámbula en el recuerdo. Se puede vivir así? Aparentemente, sí que se puede. Hace siglos que vivo así. El tiempo es relativo, ya lo sabes. Aún cuando han pasado tan sólo un par de horas, yo siento que han pasado años, décadas. Y en decadencia se hallan los momentos compartidos. Como una burla, ya no tenemos tiempo para cruzarnos por los caminos deshabitados y desprevenidos de la noche. El aletargado y diáfano sueño aparece como la excusa perfecta para separarnos. Quizás la realidad está jugando a las escondidas con nosotros. Quizás nosotros nos perdimos de tanto querer esquivarla. Tantos son los supuestos a estas horas, que ni el cansancio de un lunes demasiado lunes, nos obliga a desaparecer. Tú no quieres partir, yo no quiero que te quedes. O es al revés? La trama se me confunde entre tantos besos y piel. Suelo dar vueltas las historias pero sólo para convencerme de tus mentiras...
Sonríe, me estás mirando...y la excusa puede convertirse en montivo...
Te daré motivos para sonreír. 
Me darás razones para vivir.

lunes, 16 de mayo de 2011

Pasaste a ser como todos, o sea, nadie. El anonimato te cautivó y las luces de la gran ciudad opacaron tu estrella. Nada volvió a ser como antes. Antes de la fuga, y mucho antes del silencio, las horas eran minutos con sueño y los sueños eran horas sin minutos. Transcurrir nunca fue lo mismo que vivir. Tú vivías y ahora sólo transcurres por la noche sin ocasos. Las mentiras que nos dijimos nos obligaron a callar. Que la lluvia siga viajando es una farsa más en este universo. Quizás el pasado jamás nos perteneció y de ahí que no sabemos quién nos guía o nos pierde. Siempre jugando al olvido, siempre de prestado en el vagón del último amanecer. 
Tu alma conoce tanto de destinos como yo de astronomía. No quiero regresar al pasado, quiero mi futuro en tu destino, aún cuando ya no nos conozcamos. Pero ya recordé. Tú no eres nadie y a pesar de ello, tienes la llave de mi universo. Yo quise ser alguien para tu sombra y acabé dando pasos al costado para que pudieras avanzar, bueno, es una forma de verlo, no? quizás te estancaste o retrocediste, aún no lo sé.
Pasar a ser como todos te dejó varado en mi pasado.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Fragilidad para inventar...

"Quizás no seamos héroes
pero aún seguimos vivos..."
(De Fragilidad)
Ismael Serrano

Lo que no somos, es precisamente, lo que nos mantiene. Podríamos ser héroes y no desfallecer. Podríamos ser nubes y desaparecer con un suspiro. Pero no. Y seguimos adelante. Existe una serie de episodios desordenados que nos impiden descoser la trama y revolver las cenizas. Existen caricaturas perversas de nosotros mismos que nos llevan a las turbias aguas de la mediocridad. Caer en la mediocridad no es tanto, siempre y cuando podamos nadar hacia la orilla. La fragilidad para inventar pretextos a la hora de olvidar, eso es lo que nos vuelve vulnerables. Déjame construir puentes, unir senderos desprotegidos y contaminados. Se puede escapar de la lluvia, no podemos huir de lo que sentimos cuando nos atrapan los infinitos y para nada misericordiosos brazos del amor. El alma es otra cosa. Si hablásemos de almas, sólo tendríamos que mirarnos a los ojos y encontraríamos la anestesia perfecta para el dolor. Pero no hay miradas tan claras ni almas tan cristalinas. Es frágil una hoja de papel, el pétalo mustio de una rosa en invierno, la sonrisa responsable de tu sonrisa. Es frágil la voz de la luna y el canto del amanecer, más aún cuando no estás. Pero tu recuerdo no es frágil. Y la soledad menos que tu recuerdo. La calma es frágil, vaya que sí lo es. Con el sonido de una sola voz, se evapora como el rocío. Quedémos cerca, acomodemos los instantes para hallarnos en orden cuando venga el olvido. Ordenemos las cicatrices para enfrentar los destierros. No seamos tan necios a la hora de martillar los escombros del pasado, si no fuimos, aún podemos ser. Si no somos, aún podemos ser. Que la fragilidad para inventar excusas, no nos dé motivos para reproches. Hagamos de cuenta que el silencio es más sabio que la noche. Hagamos de cuenta que la inocencia se refugia aún en cierto abismo del alma...
"...te merecés abrigos
que hoy no tengo..."
(De Ni a la esquina)
 Los Caballeros de la Quema


siempre habrá alguien más desandando los caminos...lo que ni vos ni yo entendemos, es realidad para otros...quizás permanezca inmóvil frente a tu sonrisa, quizás...o quizás te la borre con un beso y puede ocurrir que los milagros empiecen a caer sobre este mundo cruel y yo sea capaz de abrigarte puesto que ahora te merecés abrigos que no tengo...suelo descubrir más de las mentiras, ya sabrás vos por qué, o me equivoco? 
todas las luces que me iluminan se borran por culpa del huracán de tu sonrisa que me arrebata más suspiros que palabras...y en este silencio te seguiré nombrando, amor, quizás se canse y decida buscarte. mi voz en grito no ha llegado aún a mi garganta, mis besos lloran en las madrugadas y yo sin poder abrazarte. a veces no hay equilibrio, a veces y quizás porque no puedo hablar porque temo lastimarte con mi nefasta imaginación que me hace pensar lo peor, lo que modifica la balanza es una puta lágrima más en el alma...no voy a llorar, mejor iré a tejer los abrigos que merecés...

lunes, 9 de mayo de 2011

No sé demasiado...

"...lo que no sé, tampoco creerlo saberlo..."
Platón

No sé demasiado, no sé mucho en realidad, pero me alcanza para vivir, aunque viva pensando en otra cosa, aunque viva llenando los rincones del atardecer de ausencias que vacían mis recuerdos. Definitivamente no sé demasiado pero eso que sé es suficiente para creer en los seres que amo, aunque a veces, decaigan mis esperanzas, aunque en ciertos momentos dude y desconfíe de la felicidad que me abraza.
Quizás puede ser que lo que sepa en realidad no sea nada pero a mi alma le basta.
Es posible que lo que sepa no sea demasiado pero al menos lo que no sé, tampoco creo saberlo como algunos hipócritas que van por la vida disfrazados de maestros.
No sé demasiado pero me alcanza para vivir y me sobra para sonreír, anque camine sin conocer muy bien el rumbo, aunque a veces no sepa qué hacer cuando una roca de humo se interpone a mis pasos.
No sé demasiado pero lo poco que sé es suficiente para sentirme viva, es suficiente para mirar ciertos ojos y encontrarme en ellos para luego volver a perderme.
Lo poco que sé me alcanza para creer en los seres que amo.
"...no habrá más pena ni olvido..."
Gardel y Le Pera

Entre lo poco que sé y lo mucho que no sé, existe sólo una memoria rebalsando de momentos que se han ido pero que vuelven. Todas las pequeñas cosas llenan mi alma. Una caricia, un abrazo a través del tiempo y la distancia. Un tímido beso, una última sonrisa. El simple hecho de llamar sin esperar. Las luces que se apagaron aquí para alumbrar la eternidad. Las visitas inesperadas pero deseadas. Todas las pequeñas cosas me abrazan para llevarme al consuelo de saber que mis recuerdos están protegidos todavía. Dejo las puertas y las ventanas abiertas, de par en par, en señal de bienvenida. La ilusión de volver puede desaparecer antes de convertirse en realidad, sin dudas, pero al menos sabrán que aún sigo aquí. Los amores de mi vida. Las almas gemelas que sigo encontrando por los senderos que transcurrimos. La memoria, mi memoria no se cansa de repetir las imágenes. Mi alma aún triste, puede sonreír. Siempre hallaré la forma de incrustar más huellas en los caminos. Siempre hallaré en las miradas, las respuestas a mis preguntas. No puedo ser de otra manera, ya estoy vieja para cambiar de escudo. Sé que todo puede desaparecer en un segundo pero aún así, seguiré soñando y recordando. Sin mis recuerdos, estaría más perdida de lo que estoy. Pero no quiero ya ni penas ni olvido...sé que no olvidaré los detalles ni los destellos de cierta mirada que no fue capaz de verme, pero las penas deberán pedir permiso para ingresar a ese sagrado lugar que existe entre lo poco que sé y lo mucho que no sé...

domingo, 8 de mayo de 2011

Tristeza

En el bullicio silente de las horas que pasan buscando refugio en mi almohada. En la vejez prematura de una espera interminable que sólo acabaría si tus brazos me envolvieran. En el cansancio (por primera vez) pertinente, de la sonrisa. En el tapiz marchito de la añoranza, ese que fabriqué con recuerdos desprotegidos y embargados. En el sonoro y diáfano llanto de una mirada perdida en el pasado.  En el jardín nocturno de estrellas vagabundas. En la mudez de unos ojos oxidados ya. En el aire ahogado de un suspiro sin destino pero con prisa. En la desnudez de una caricia en llamas. En la ira sin fuerza ni tregua. En este par de labios sedientos de otra melodía. En el reloj meditabundo de los silencios que acompañan la ausencia, y hasta en este papel ciego, testigo ingenuo de mi aguda soledad, en todos ellos, existe una tristeza humanamente desconsolada, una tristeza que ya se hospedó en el alma como princesa...por mucho que me pese, no puedo ya expulsarla, ni controlarla...

La casa donde nací

Existe una casa al sur de la ciudad. Es una de esas casas que parecen perdidas en el tiempo. Tiene las paredes altas, el techo de ladrillos y barrotes de madera. Tres habitaciones que podrían albergar una familia en cada una de ellas, un comedor donde se han sentado a almorzar veinte personas a la vez, y quizás más. Posee un aljibe en el patio. Ya no existen los aljibe en la ciudad, ya nadie los necesita. También tiene una madreselva centenaria, bordeando la pared oeste y una planta de higo que juega a no desaparecer. Un horno de barro al fondo, bien al fondo del patio, donde las tortas y las facturas se cocían cada madrugada. Una vieja galería con macetas por doquier, una cocina de hierro antigua, donde el fuego no se ha apagado jamás y una salamandra de quién sabe cuántos años. La casa tiene una voz propia que se desprende del interior y contagia vida por los alrededores. Allí no existe el tiempo. Allí nací. Mis abuelos me cantaron y mis tíos me dieron más de lo que nunca han tenido. Allí dí mis primeros pasos el mismo día que nació mi hermana. Allí tuve mi primera lección de alemán en la falda de mi amada y entrañable nona Rosa. Mi primera bicicleta la recibí una navidad, cuando tenía cuatro años. Mi niñez transcurrió y se quedó en esa casa. Viví allí más tiempo que en la casa de mis padres. Las paredes están impregnadas del perfume dulce y tibio de mi niñez. Los cuartos están atiborrados de recuerdos. Allí, en esa casa donde nací descubrí el cielo, lleno de estrellas, una noche inolvidable, de la mano de María, la tía que más he amado y amaré. Allí aprendí a jugar envuelta en mi propia soledad y allí mismo me enamoré del silencio una siesta en la que todos dormían.
La casa aún posee los cuartos, las paredes, las impresiones, los recuerdos pero ya no me pertenece. La casa aún está de pie pero ya no queda nadie ni nada. Mis abuelos y mi tía se han ido, partieron a ocupar las estrellas que les correspondían y que ahora me guían. Los muebles tuve que mudarlos yo misma. 
Ayer, otro día triste para apuntar al almanaque de mis tristezas, vendí la casa donde nací. Y se siente como el peor de todos los desarraigos. Verán, y perdonen tanta tristeza, aquella antigua casa, era MI casa. Los recuerdos más hermosos, fueron creados en esa casa. Mi mundo era un lugar feliz en aquella casa. Mi universo privado siempre estuvo en equilibrio porque sabía que podía volver allí cuando quisiera y encontrarme conmigo misma en aquella casa. Pero hoy, ya no me pertenece. Hoy estoy tan triste..es que ayer me despedí para siempre de la casa donde nací...

jueves, 5 de mayo de 2011

Nuestra historia siempre ha sido así, no? Vamos y venimos. Nos perdemos, nos desencontramos entre tantos nubarrones. Es una eterna peregrinación. Hemos pasado eternidades a la deriva. Naufragamos tanto en esta vida. Ya no recuerdo las veces que salvaste mi alma del abismo. La historia ha marcado nuestras fugaces realidades. Los sueños han tatuado nuestros caminos. Quizás los días sigan corriendo a nuestras espaldas, quizás mis ficciones sean menos coherentes que tu transcurrir. Quizás tus pasos dejen de marcar mis senderos, quizás mis pasos se conviertan en sombra antes que en huella. Pero no importa, verdad? Siempre ha sucedido de esta absurda manera. Fuimos y vinimos. Vamos y venimos. Iremos y vendremos. Podemos cambiar de cielo, sin dudas, pero no cambiaremos de estrella, ni de ángel. Una mirada es suficiente, un abrazo es suficiente.
Perdona mis palabras, pero tengo que decirte algo. Antes, mucho antes de criticarme, de enjuiciarme, de juzgarme y condenarme, se te olvidó algo, se te olvidó conocerme y se te olvidó mirarte en un espejo, aún cuando esté viejo y arruinado, refleja igual. La próxima vez que desees decirle algo a mis oídos, asegúrate de que realmente tengas algo para decir, de lo contrario abstenete, por favor, abstenete de pronunciar una sola palabra, yo ya hipotequé mi silencio por escuchar a quiénes no tienen nada para decir. 
Un consejo más. Creer algo no es lo mismo que saberlo.
Tu mediocridad me da sueño. Ya que tienes una vida, sal a la calle y cómprate una estrella. Yo no tengo vida pero me bastan las estrellas...

martes, 3 de mayo de 2011

Te extraño...

Te extraño. El aura que rodeaba tu figura se esfumó como la neblina de la mañana, y no fue culpa del sol, sino de la oscuridad. Temías perderte y terminó sucediendo lo menos probable, te escapaste. Siempre anduve huérfana de abrazos hasta que te encontré en aquel paraje desconocido del alma. Dos miradas se cruzaron y el tiempo se detuvo. Nos reconocimos antes de pestañear. Ahora ya no estás en mi cielo, sólo andas desandando caminos enmarañados de tristezas. Te extraño. Cada vez que reencuentro tu sombra en mi soledad, caigo en este extraño sentimiento. Y es tan extraño extrañarte. Me contagiaste el vicio del silencio. Aprendí a callar porque el que calla a tiempo se evita pronunciar incoherencias, no siempre nos damos a entender, tú me lo enseñaste. Supongo que a veces olvido más rápido que tú. Tus artilugios en materia de olvido me ayudaron a permanecer inmóvil ante los vendavales que se desatan en el alma, cada tanto. Nadie está exento de los temporales. 
Te extraño. Los demás, los otros, los de siempre, lo de nunca, también, son siempre luces en mi sendero, pero tú has sido una guía para estas melancolías que juegan con nosotros. Y a pesar de todo, te perdiste. Te fuiste a deambular por una plegaria, un rezo demasiado lejos para mi, aún cuando Fito haya dicho que siempre estuvo cerca. No hay tantas ruinas por el camino de la memoria, sólo hay grietas y en una te has caído, y yo sin poder seguirte, yo sin poder estirar el brazo para sostenerte la mano. Me quedé huérfana otra vez. Por estos lados, aquí donde las calles tienen nombres y las estatuas, inscripciones, aquí los abrazos no existen, simplemente no existen. Y te extraño. Extraño las madrugadas de vuelos y delirios, las lecturas, los silencios que en lugar de estorbar, como a otros, nos unían.
Me dijeron que has vuelto a merodear por el laberinto de aquella, nuestra ciudad de lo inevitable, has vuelto pero aún no te encontré. Es justa, por primera vez, es justa la distancia pero no soporto la ausencia. La ausencia me genera este sentimiento tan extraño...te extraño...

En el sucesivo correr de las horas que siguieron a tu despedida, en el silencio que atrapó mis palabras, todo, absolutamente todo se tornó absurdo. Mis manos distorsionaron el aire. Las palabras se me atragantaron, me quedé mudo, literalmente. Se entumecieron los latidos. La mirada se me ahogó. De lo poco que recuerdo de aquel momento, nada me sirve para salir de este cuarto. Fui hasta la cama, vacía, obvio, y me dejé caer sin reflejo alguno. Todo fue y es tan absurdo. Las sábanas se marchitaron. La luna se partió por la mitad. Las luces opacaron mis sueños. El reloj se derritió a orillas de tu perfume, marcando sólo tu ausencia. Las voces que en algún momento lograste espantar, volvieron con más fuerzas a susurrar en mis oídos. Todo lo previsible se convirtió en desesperación. Tu imagen en mis pupilas, una lanza. Tu beso en mis mejillas, una salvación. Y la ironía del destino, un milagro sin precedentes en este mundo cruel. Lo absurdo abrazó aquellas trémulas horas después de un adiós, supongo que siempre será así. Intenté escapar, te juro que lo intenté pero ya era tarde, amor, ya no hubo vuelta atrás, la locura ya había infectado mis venas, ya no pude...ya no puedo...lo siento...

lunes, 2 de mayo de 2011

Regreso pero no vuelvo

Regreso, una vez más, a hundir mis pies en antiguas huellas, reabro heridas ya cicatrizadas y siempre acabo en el mismo punto de partida, tu recuerdo. 
Regreso a sitios que me prohibí regresar, no puedo mantener mis distancias, regreso y reencuentro sentimientos esparcidos por doquier, me veo sufrir en la ausencia desmedida y no lo puedo evitar.
Regreso todo el tiempo. Voy y vengo. A veces siento que me pierdo entre tantos regreso, son tropeles de regresos y a pesar de ello no puedo volver...
No puedo volver las agujas del reloj que marca tu tiempo en mi vida y menos aún puedo detener el girar del mundo, y es de temer esta incoherencia.
No puedo volver a sentir tus brazos anestesiando a mi soledad con tantos inconstantes vacíos que me persiguen.
No puedo volver a ver las sombras de mis dedos aferrados a las manos de aquel silencio charlatán que pierdo siempre que regreso.
No puedo volver y duele más que el intento por olvidarte.
Pero alguna vez tendremos alas, amor, y al regresar también volveremos. Yo volveré a ser lo que nunca fui y tú tendrás lo que perdimos...
Le pedí a un papel
que te gritara te amo

Le rogué a Soledad
que muriera en tus brazos

Pero al papel lo mataron
tus manos
y la Soledad dijo:
-No soy Dios, corazón,
para andar escuchando ruegos,
súplicas
o
plegarias
de
Amor

domingo, 1 de mayo de 2011

Mil silencios y ningún te quiero

Cayeron ciento ochenta lunas sobre mi refugiada soledad, murieron ciento ochenta atardeceres en mi austera habitación y aún tengo un abrazo preso en las manos que no se cansa de esperar.
Han pasado mil silencios, acompañando a esta inútil espera. Se posaron sobre tu recuerdo, se marcharon con la brisa matinal, dueña de tu voz; mil silencios y ningún te quiero. 
Se mudaron las palabras después de tu partida y ni siquiera sé qué ruta tomaron, tal vez se fueron tras de ti...
Fueron inmortales las noches, eternos los días desde el último amanecer juntos, he pasado más tiempo sin verte de lo que mis ojos pueden soportar y sin embargo estoy aquí, extrañándote...sin embargo e inevitablemente...
Todas las luces saben a nostalgia cuando me hundo en la memoria, mejor diré en la memoria compartida.
Cayeron ciento ochenta lunas sobre mis abandonadas manos, murieron ciento ochenta atardeceres en la solitaria ceguedad del alma y pasaron mil silencios acompañando a esta inútil espera por abrazarte, mil silencios y ningún te quiero...
Y ahora pierdo el sentido, a veces por partes, repartidas en lágrimas, otras por completo y quizás tengan razón las estrellas que me guían, quizás pierdo la razón más seguido de lo que quisiera, pero duele demasiado el silencio de un te quiero...demasiado, amor, para soportarlo sin desvariar...
Hacé lo que quieras, siempre y cuando eso que hagas, sea quererme...Pensá lo que quieras, siempre y cuando sólo pienses en mi...Inevitable es pedir que no me olvides...irremediable es lo que hiciste nacer en mi...