sábado, 28 de abril de 2012

...mejor me voy...

La invisibilidad, esa macabra muestra de tu cobardía, no te salva ni mucho menos, de la imbecilidad. Quisiera que lo comprendieras, que lo aceptaras, que dejaras de ser tan ocultamente visible. Quisiera tantas cosas, mejor me voy a soñar lo que puedo tener y lo que puede suceder. Podrá caerse la luna antes de que abandones esa postura de arrogante e imbécil sin trono...sin sombra, lo invisible no tiene sombra, sabías?

viernes, 27 de abril de 2012

cuando la noche empieza a emborracharse...

He hecho, he sido muchas cosas. Bajo la luz del sol, somos todos iguales. El problema comienza cuando la noche empieza a emborracharse y el vino tinto del atardecer es menos delicioso que el blanco de la mañana. En las oscuras profundidades de la cuarta copa vacía en una hora, todos cambiamos. Hay algunos que siguen brillando con luz propia, otros que se amparan en las sombras para impedir que los vean (yo los veo igual), y otros que se sumergen en las tinieblas desalmadas de la soledad para espantar el amor. Si fuéramos menos cobardes, el último tren sería el próximo en llegar. Y así hasta el indicado. Pero no es así. Somos tan cobardes como ilusos.
De todo lo hecho, sólo me arrepiento de no gritar más alto tu nombre la última madrugada. Nada hubiera sucedido si te quedabas. Nada sucedió después.
Pude haberme enamorado de otra mirada, elegí la tuya. Pude haberme equivocado de esquina, puede haber corregido los errores, elegí mantener la distancia y reprobar. Te amé tanto que llegué a creer en el destino mientras las horas borraban a lágrima suelta el pasado. ¿Hubiera sido otra la historia si me hubieras amado? No, la historia hubiera sido la misma. No amarme no es la condena. La condena es el vacío de fingir. Contar secretos cuando no hay luna es menos triste que inventar mentiras para salvarse del macabro "qué dirán".(cuándo aprenderán algunos que no es "cuando se puede, es cuando se quiere", en fin...)
Puedo escribir cientos de verdades en apariencias, desordenadas, a nadie le debo explicaciones, menos a un fantasma que sabe cómo herirme. Si te parece cruel mi silencio, preguntale a mi alma lo que sintió cuando de un "te amo", recibió sólo una caricia del viento.
Después de apagar las luces y antes de irme a dormir para soñar lo que no me atrevo a confesar, comprendo algunas cosas. Pero hay una que me dejará dormir, pude hacer hecho y haber sido muchas cosas, nunca, nunca he sido hipócrita; ni conmigo misma ni con los demás. Una verdad que no pesa, contraria, totalmente contraria a la de ciertos mediocres que sin sol se mueren de frío y sin luna se desvían del camino...


martes, 10 de abril de 2012

Contame...

A veces duele tanto verte que elijo esconderme en los pasos ajenos, manipulando los senderos que no siempre me llevan a vos. Es esta especie de algún síndrome del silencio lo que me impide hablarte cuando te tengo tan cerca, tan cerca que puedo rozarte la piel con un suspiro. Y me sumerjo en el mutismo, ni a los ojos puedo mirarte. Siento que me pierdo cuando lo hago. Hay ciertos espejos que prefiero esquivar. Y es tan profundo el abismo que temo caer.
Los días se me amontonan en la almohada y no puedo respirar como antes. Dejo las puertas abiertas pero el viento no me trae tu perfume. Tengo tantas preguntas para hacerte y sin embargo, al encontrarte por las calles de este pueblo gris, me inunda el silencio. Contame cómo estás, quién es la dueña de tu sonrisa, quién acaricia tu rostro, quién osa posar su mano en tu espalda. No sé, decime vos cómo llegué hasta acá sin gritarte mi verdad y cómo es eso que ahora sos experto en fragmentar mil palabras hasta que llegan a ser silencio. A veces siento que sabés más que yo. Sabés cómo me martiriza ver tu mano en las manos de alguien más. Sabés lo que pesa mi alma cuando te esquivo. Sabés lo que siento pero, como siempre he pensado, preferís no saberlo, no? Ya sé que mis locuras no alcanzan a cubrir mis deudas, al menos podrías hacer un intento por despertar y hablarme. Necesito saber, quiero saber cómo te trata el universo, qué planes tenés para mañana o para el fin de semana. Me carcomen las dudas, me matan lentamente los celos. No quiero molestarte, eso es cierto, no quiero, por eso a veces, ni te saludo, es que siento que te incomoda mi mirada cargada de ternura que no puedo ocultar. Mis deseos se hacen agua entre los dedos cuando compruebo que no tenés ni la más mínima intención de ver mi sombra. Vuelvo a casa, escuchando las campanas puntuales de las once de la noche y todo queda a la deriva en este mar de incertidumbres y miradas errantes. Podría desempolvar las estrofas que te nombran y regalarte más palabras que silencios pero de sólo pensar en tu rechazo, se me hiela la piel, tu rechazo me dejaría inmune ante esta terca soledad...

lunes, 2 de abril de 2012

Me superan...

A veces (a veces), es realmente admirable la hipocresía que ciertas personas tienen. La usan como un estandarte, como un trofeo de victorias sin gloria. Y yo me quedo inmóvil. Petrificada cuando me rodean. Seré culpable, a caso, de su actitud hipócrita?? Es algo que merezco? No tengo respuestas. No entiendo como pueden permanecer altaneros y desubicadamente felices llevando la hipocresía a flor de piel. Me supera, y ampliamente, este sentimiento de impotencia.
Me superan...y es una gran farsa esta gente que no sabe vivir sin ser una mentira. Fingir y ocultar, eso forma parte de la hipocresía, no? bueno, estos seres que andan por la vida como maestros sin haber sido alumnos alguna vez, sólo saben fingir y ocultar. Basan sus precarias vidas en disimular y en simular. Simulan ser gente buena, cuando en realidad no lo son, y no sólo que no lo son, sino que son peores personas que aquellas a las que además, tienen el descaro de criticar. Se jactan de ser algo que no son, se jactan de ser hipócritas, porque son sólo eso. Hipócritas.
Y yo, a veces me siento una ilusa, no sé cómo evadir a esta gente. Intento mantener mis palabras y mis distancias. Trato por todos los medios que conozco, ser yo y de seguir siendo yo. Temo contagiarme de su hipocresía, tristemente tengo temor de ello. Y sé que para no ser una hipócrita más deberé caminar por un costado, respirar otros aires o hacerme humo en el horizonte antes de que me vean, hasta pensé en ser sombra en lugar de huella, pero jamás lo lograría, no puedo ni quiero ser hipócrita. Seguiré intentando ser huella y más aún cuando el camino está lleno de sombras...
Prefiero huir y pasar por cobarde que quedarme y acabar siendo una hipócrita más. No quiero ser una hipócrita...me supera esa actitud. No soporto darme cuenta de que hay tanta gente, y tanta gente querida, hipócrita...
Y esto no es bueno para nadie, en especial para mi. Sentir esto me deja mal parada. No puedo manejarlo aún, pero deberé aprender. No tengo que dejarme embaucar por esta impotencia que me genera la hipocresía. Los rencores no sirven para amar y sólo amando podré ser libre de los bajos sentimientos.

(y a vos, a pesar de ser una de las personas más hipócritas que conocí, a vos te sigo amando, parece que a mi idiota corazón no le importa tu maldita actitud. Ironías, ironías)