jueves, 22 de mayo de 2014

ella

Yo vivía tan cómodamente entre mis extremos, mis certezas y mi pila de palabras. Y vivía sola. Tenía pocas cosas, las imprescindibles, las necesarias. Una cama, una cocina, una heladera y una biblioteca. Dentro de ese universo mi equilibrio estaba seguro. Tenía mis fugas, mis períodos de oscuridad y maldad pero vivía y vivía bien. Y una tarde, una fatídica tarde, por culpa de un escritor, ella se asomó a la ventana. La vi. La vi pasar como una sombra sin alma pero seguí leyendo. A la noche, sin saber cómo, ella me miraba desde un estante de la biblioteca. Me sorprendió, sin embargo, hice lo que hago siempre cuando algo me sorprende, hice de cuenta que no había nadie más en mi casa, hice de cuenta que no pasaba nada raro ni extraordinario. Esa noche cené y me acosté temprano y ella seguía ahí, balanceándose muy a gusto en la biblioteca. Recuerdo que dormí mal, muy mal, soñé barbaridades, incoherencias con ella como protagonista. Me desperté antes de que sonara el despertador y ella (¡maldita sea!) estaba observándome desde mi mesa de luz sin luz (no soporto los veladores). Y desde esa madrugada gris ya no la pude apartar. Después del desayuno ya estaba instalada en mi cabeza, girando mis ideas tan bien puestas, y fue más, mucho más que un pensamiento. De un día para el otro ella se convirtió en todo. Ella, una simple y llana duda, cambió mi vida y mi visión del mundo. Y con ella vinieron más y más dudas. Y ahora son tantas que a veces, ni siquiera puedo dormir...

miércoles, 21 de mayo de 2014

en lenta agonía


Siempre me derrotas.
Derrotas,
todas
toditas
camufladas de silencio,
eso
y el tenue crepitar del rencor
me sumergen,
me ahogan,
me sepultan
en mis convicciones.

Me olvidaré
como siempre
como a todo.
Me olvidaré de mí
pero
vos recordá:
te estaré esperando
a la vuelta de mi infierno
cuando pases
no olvides recoger
el trozo de memoria
que usurpaste
de otros
que debieron estar en tu lugar.

Ya padecí
Ya sufrí...
me cargué en las espaldas
en las manos
en el alma
la derrota,
el dolor,
la culpa,

te culpé
y el error fue mío

¿andaríamos descalzos
por puentes de vidrios
o andaríamos vacíos
por laberintos paralelos,
por puentes infinitos?

Nunca entiendo nada
me desbordan las miserias.
Siempre tardo tanto
en amoldarme a las sombras...

no sé,
me confundí de puerta,
de esquina,
de vida,

me confundí,
amarré mis manos
a un puerto sin orillas,
me abracé a un árbol
en otoño perpetuo

y temí más por mi soledad
que por tu recuerdo.

Esquivo cicatrices
escuchando música,
observando cómo
en lenta agonía
los sonidos se funden
y repercuten a mi alrededor

¿que hacés vos
para evitar la verdad?

Debe ser triste
caminar sin huellas,
debe ser triste
mentir para sobrevivir

Ha de ser triste
olvidar para sonreír,
ha de ser triste
evitar un nombre
para respirar
¿no?





viernes, 16 de mayo de 2014

extremos

lo fugaz y lo permanente
lo atroz y lo piadoso
un juego despiadado
un error en el sistema

(nací un atardecer
con buena memoria
no tengo la culpa

guardar recuerdos
es tortuoso
quizás menos
que olvidarlos)

lo trágico y lo cómico
lo sutil y lo grotesco
un juego macabro
un infinito infortunado

lo triste y lo alegre
lo trivial y lo extraordinario
un juego redondo
un destino marcado

lo difícil y lo fácil

siempre es cómodo
escarparse por la tangente
quisiera verte
caminar por la cornisa

porque una duda
una sola duda
es más persistente
que mil razones

(amantes sin amor)

lo dulce y lo amargo
lo blanco y lo negro
extremos necios
puntos opuestos
de un círculo abierto

(dirás adiós
como dios manda)

desde lejos ya lo ves
no hay nada pues
que no sea una ironía
ironía sin horarios
sin heroína
así me recuerdo
(¿así te olvido?)

(comprenderás, quizás,
sin extremos
no respiro
sin extremos
me mareo)


martes, 6 de mayo de 2014

verdad oculta, verdad triste

te atormenta mi silencio
te alejan
mis espacios en blanco
te olvidan
mis extremos
(pero es mentira
el olvido)

te amenaza mi mundo
mi niña eterna
mi única luna

no es simple hablar sin hablar

te explico siempre lo mismo
lo mismo
lo mismo

conmigo siempre es triste
la luz azul
y reconocer
reconocer
que te falta 
un pedazo de sombra
la sombra
esa sombra 
que te nombra
entre anagramas crueles
para que nadie
vea en mis ojos
lo que vi en tus ojos

es así, no hay mucho más para decir
te amenaza 
mi mundo,
mi niña inmortal
te amenaza
mi amor en calma
mi mar en calma

un nombre
(el tuyo)
y una lanza
tirada en silencio
bajo un cielo húmedo
es todo lo que tengo
y todo lo que me falta

en fin, 
¿es triste la verdad?
o ¿es triste una verdad oculta?

te daría todas mis palabras
pero...
 no puedo darte mi silencio