En esta triste tristeza, supongo entre suposiciones que te perdí perdiendo con el destino. Por jugar el juego del olvido, me olvido de olvidar y termino sin llegar, llegando a ninguna parte. Y se me parte el alma al partir. Disimulando sin disimular lo que siento y siento sentir esto que no entiendo ni queriéndolo entender. Y solita la soledad se arrincona en el rincón que te pertenece. Intento despertar, intentando no despertarte y descubro que no estás y vuelvo a murmurar entre los murmullos de la noche. Soñé que en tu sueño, tú soñabas conmigo.
Te dije entre dichos mi verdad, mi verdad más verdadera y nunca supiste que te estaba diciendo la verdad, o si? Sabías sin saber que sin querer te quise? Otra duda para seguir dudando y caminando.
No siempre el siempre se cumple. En tu mirada miro tu alma al mirarte y me quedo quieta y sin mi alma. Y en tu estrella me estrellé. Sin regreso al regresar y sin cielo aún así te estoy queriendo. En este estado de quietud y resistencia, resisto a la locura de enloquecer sin razón. Mientras tú sigues creyendo que el mundo cree lo que quiere creer y yo creo que creyendo en ti todo estaría bien.
Tu silente silencio es lo más parecido a la paz que conozco y esta ausente ausencia que te nombra y me lanza a la barbaridad de escribir sin pensar demasiado, es lo más parecido a la soledad que puedo encontrar…
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