sábado, 18 de septiembre de 2010

Tanto...

Otra vez, una vez más cae la noche, bañando de oscuridad a esta triste ciudad que me devora, y yo ausente como siempre, buscando tu mirada, rogando a los espectros que me traigan tus manos, regando las migajas del recuerdo, del más real de todos mis recuerdos, reubicando los muebles para encontrar la armonía que ya no sé ni siquiera cómo se siente...
Dame algo más, quédate a acariciar mi sueño, abrázame como si no existiera un amanecer esperando en algún punto del reloj meditabundo que me tortura tanto cada noche, necesito que me abraces.
Podrías, Amor, desmentirle a mis ojos lo que sentís? Podrías dejar de gritar mi nombre por el silencio de las calles? es que ya no puedo escucharlo. Podrías amontonar pasos para acortar esta distancia que me distancia tanto de tu alma? Podrías explicarles a mis labios cómo seguir viviendo sin tus besos? cómo hago para no recordar tus manos en mis manos, tus manos, tus manos me están enloqueciendo, bueno,un poco más...a quién le importa mi cordura? o mi locura? cuántas almas sin paraísos hay dando vueltas por ahí? cuántos cielos sin miradas hay esperando en el firmamento? tanto silencio tengo en las palabras que todo se me torna absurdo...y tanto dolor opaca hasta la más hermosa de todas mis estrellas...

Quiero que el reloj se detenga, pero no a orillas de tu recuerdo, que se detenga en cualquier lugar, no en tu recuerdo, en cualquier otro lugar, pero que se detenga, pero las horas pasan, pasan y pesan las horas que pasan sin que tu pases por este lado del infinito, por este infinito universo de palabras tantas veces gritadas, tantas veces calladas, tantas veces repetidas...sabrás, Amor, que en algún punto me perdí? que me perdí tantas cosas? me perdí en tus ojos que me atraviesan el alma, me perdí en mi propia ciudad, te perdí en mi propias manos...te perdí, o no?? a pesar de lo que me digan, yo sé que se puede perder, y mejor que nada más, se puede perder incluso aquello que nunca fue nuestro...yo te perdí y aún no te he amado...
Me fumaré un porrito en esta mala hora, sólo para dividir mis vidas, para despejar las dudas, Amor, permíteme llamarte así, Amor, y perdona que necesite irme, fugarme a mi único lugar en el mundo...tanto, tanto me pesan las horas, el cielo se empieza a caer, la luna entra en pánico, se le nota en la cara el terror, y yo acá, refugiada en algún amanecer sin dudas, el primero desde que realmente te vi, es que hoy sé que te amo, Amor...te amo...tanto...tanto te amo que es el suplicio más hermoso que me tocó vivir desde que nací...

y la habitación se incendia, enloquecen las sombras que me llevan a caminar por la ciudad, como si caminando sola, no sola, con las sombras, pero bueno, como si caminando sola por el frío de la noche hará que me abraces...debo abandonar tantas cosas, no quiero abandonar mi más secreto sueño, es que te sueño tanto, ya tengo tanto sueño que las miserias de esta vida no me son suficientes para distraerlo...debo dejar de creer que estás pensando en mí...tanto como yo pienso en ti...

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