Siempre supuse que la realidad era una farsa. Siempre creí que las palabras no pronunciadas morían en manos del olvido. Me defraudó la realidad y todo lo que no dije lo apunté en un cuaderno azul para evitar al olvido. Una farsa. No es necesario andar dando vueltas en círculo. El camino más corto es el que dice adiós...No me obligó nadie esta vez, o si? Quizás si. No serían más simples las verdades si las dijeras en mi cara? En fin, no sirve andar explicándote lo que no conocés...Porque considero, y tal vez me equivoque (no sería la única vez), que para pedir honestidad, primero hay que ser lo suficientemente capaz de brindarla. Por qué pedirías verdad si vivís en una mentira? Simples leyes no cumplidas, no?
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