martes, 1 de febrero de 2011

Qué difícil será atravesar este negro mes de febrero sin tu consuelo. Hace apenas unos minutos he caído en esta realidad. Ha comenzado febrero, uno de los meses más oscuros del año. Apenas comienza y ya he llorado. Cómo haré para calmar mi llanto sin tus abrazos? Sigo haciendo preguntas. Sigo buscando respuestas. Tú no estás, no volverás. Lo único que vuelve en los últimos 2 febreros que recuerdo, son las lágrimas. Yo no lloro, no me gusta, y ya he llorado. Caigo en la absurda memoria, caigo en tu recuerdo. Tu mirada clara, esos ojos celestes. Tus manos sosteniendo mi siempre ajena infancia. Nunca supe sonreír. Siempre estuve triste. Ahora estoy triste y no tengo ya tu sonrisa. No la tendré nunca más, sólo me quedan recuerdos, y la verdad, no me sirven mucho. Recuerdo y las lágrimas desbordan mis ojos siempre ausentes. Nadie ha sabido comprender mi verdad como tú lo hiciste. Nadie supo acompañarme como tú. Aún busco el momento en el que partiste para partirme el alma en dos, no lo encuentro, no te encuentro. Aún no llega la fecha del adiós más doloroso del mundo y sin embargo, al saber que faltan escasos días, una tristeza infinita va cubriendo mi cielo. No sé si podré sonreír en este mes. No lo sé. Necesito alejarme de tu recuerdo para no sufrir, sólo para eso. Me duele tanto que te hayas ido, que me hayas dejado sin ti. Esto es egoísmo puro y caro, lo sé, y lo siento. Es que estoy sola en esta miseria de vida sin ti. Desde que supe que nunca más vería tu mirada clara, tengo un hueco en el alma. Es que fuiste mi alma gemela. Siempre protegiendo mi inocencia. Me culpo cada día por no haber hecho algo más, por dejarte, por no ayudarte. Te pedí perdón tantas veces en aquella madrugada. Sé que me has perdonado, lo sé, pero igual duele, duele demasiado volver y no encontrarte bajo una madreselva centenaria, a orillas de un viejo aljibe, sonriendo, alegre de verme llegar. Extraño volver y encontrarte. Extraño tu voz. No puedo volver. Me duele volver. De consuelo no tengo nada. Es una mentira decir que el consuelo llega con el tiempo. Hará dos años ya que no tengo consuelo. Te nombro en esta triste madrugada y esta soledad me grita que ya no estás. Cómo quisiera que estuvieras esperándome aún. Sé que aún estás conmigo, siempre estarás conmigo, mi señora de los gatos...mi memoria será el refugio de tu existencia, no has vivido en vano, yo siempre mantendré tu recuerdo alejado del olvido...

No hay comentarios: