Hazme un favor, la próxima vez que nos crucemos, devuélveme el alma que ando vaciando cajones y copas, revolviendo la ropa en el placard, llenando ceniceros y cuadernos, torturando los espacios y a los amigos que me acompañan; buscándola. No creo que sea mucho esto que te pido, hazme sólo ese favor que por las noche no puedo dormir y en el día no puedo soñar. Devuélveme el alma. (y dejá de inventar historias que la realidad es otra).
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