La ciudad duerme, a esta hora de la madrugada, realmente todo está en calma. No entiendo cómo no hay nadie más disfrutando de esto. No entiendo por qué no encuentro a nadie en las calles. Voy sola, la ciudad es toda para mi y lo disfruto como pocas cosas. El silencio es tan perfecto que temo romperlo con mis súplicas de siempre. Por esta vez, me dejo embargar por el vacío y empiezo a transitar por la cornisa de la duda. Camino sin prisa, sin peso alguno y sin pensar para dónde ir. Todos mis pensamientos divagan, todos. Y en un instante, sólo prevalece uno, el más infiel de todos, el que me trae tu sombra y me obliga a caminar acompañada.
Y entonces, me transformo en la hipócrita que nunca quise y le falto el respeto al silencio pronunciando tu nombre, llamándote, pidiéndote que vengas a caminar conmigo en esta madrugada, que me abraces y no me pidas nada. No tengo nada para dar, sólo silencio, y el silencio nunca podrá unirnos, verdad? porque las palabras nos separaron. Pero el destino es un farsante y me cansé de usarlo para darle calma a mis tormentos. Me cansé.
Para muchos, todo lo que hice fue equivocarme. Esquivé el camino, me adentré en el bosque que no conocía...ahora veo que fue un error. Jamás hubiera tenido el coraje para refugiarme en tu mirada, ni aún deseándolo. Todo lo que fui y lo que soy, es producto de mis erradas decisiones. Dispuse las cartas para ganar, imaginando vencer, sin suponer que era el destino quién jugaba con cartas marcadas. Está bien. No puedo hacer más que asumir mis derrotas y levantar los pies buscando una huella que no sea la mía. Sufrí lo suficiente como para hacerme fuerte, ya no hay más plegarias que surtan efecto, esto no es una ciencia exacta, esto de vivir me cuesta tanto que a veces, prefiero huir.
Tengo pocas verdades reposando en mis hombros, pero sólo una me mantiene de pie, sé que el amor perdura, sin importar cuántas copas me tome o cuántas palabras desperdicie. Pero ya no lo soporto más. Me cansé de explicar y de buscar explicaciones. Me cansé de juntar palabras para que termine ganando el silencio. Me cansé de amontonar pasos para alejarme. Me cansé de buscar rosas y encontrar cenizas. Me cansé de acumular estrofas para que no entiendas. Me cansé.
Y llego a casa y la historia es siempre la misma. Asumo mis derrotas con la valentía que usé para alejarme y me meto en la cama para que el cansancio de mi alma haga su trabajo, para que me ayude a dormir. Ahora que la ciudad duerme, me siento tranquila, erradas o acertadas, mis decisiones tienen justificación, jamás hice algo o nada sin medir las consecuencias, y sin pensar en tus ojos, claro...no podría haber hecho más de lo que hice, no podría hacer más de lo que hago...cuando el mundo entienda esto, tu nombre dejará de atravesar mis espacios...
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