domingo, 4 de septiembre de 2011

Mañana...

Templando el alma es como logro sobrevivir sin vos. Las cenizas de la maldita mañana, el susurro de la bendita noche. Las llamas que incendiaron y devastaron la memoria. El alcohol como a punta de pistola penetrando las venas y el olvido forzado de la verdad, creer que pensás en mi...No enloquecer es la meta, por eso me obligo a olvidar, aún cuando al hacerlo no hago más que recordar, qué gran estupidez...Suspiro para librarme del silencio. Doy manotazos de ahogado en medio del desierto como si así pudiera alcanzar a alguien más que me de su aire. Dejo de lado, por un efímero instante, mi soberbia y descubro que la culpa es mía. Hago todo lo que mierda quiero hacer pero no puedo olvidarme de vos. Y ya me cansé. Mañana empezaré a burlar las dimensiones brutales del espacio que nos separa y te rozaré las mejillas con la brisa que tanto te agrada. Mandaré a mis versos mudos a que te persigan mientras vas al trabajo y le pediré al florista de la esquina de tu casa que te deje un ramo de lirios en la ventana que casi nunca abres. Mañana, y sólo por tener la gracia de ser otro día en el almanaque gris que degrada las emociones, comenzaré a buscar la razón que me hiciste perder la noche que te conocí y el amor que nunca más te daré. Sin gloria para el olvido, ese cobarde que no se atreve a enfrentarse con tu recuerdo, será todo otra historia, como lo que nunca sucedió. Y si no lo entendés, avisame, por favor, que te mando mi silencio envuelto de realidad...

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