lunes, 18 de octubre de 2010

El cielo calla, la luna está en tinieblas y tú me andas persiguiendo como la sombra que olvidé que tenía. Sabías que la realidad, mi realidad es una mentira. Y todavía no decidí si  el cielo se equivoca o no, porque  no debería de callar, o si?,  que se calle el mar, el mundo podría ponerse de acuerdo y callar también por un rato, pero el cielo, el cielo se equivoca y mi boca te nombra sin la fuerza suficiente para gritar. Es que el destino es tan complejo, nunca es simple la verdad, que yo te ame como te amo me convierte en un cielo sin estrellas...cuanto más tengo para confesar, más me nublo...
Usted cree en el destino? Supongo que de ser así, no habría de qué preocuparse, pero si supone que el destino lo andamos construyendo como castillos de arena, entonces sí que estamos en graves problemas...somo complejos, y se torna complejo el destino también.
Yo no creo en el destino, sí creo en la fatalidad y por eso, quizás, ando así, a las dudas. Inseguridades arañando mi libertad, esto no es bueno, para nadie. Si al menos pudiera tocar tu piel...algún día volveré...prometo volver...ahora debo irme...me esperan...no eres tú...pero me esperan...

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