La calma sólo anticipa la tormenta, amor. Cuándo es que aprenderás a no sabotear tus sueños? Déjame curar la herida. Sería menos complejo el día si me dejaras amarte. Ya sé que ahora no hay nadie en las sombras siempre radiantes de esta marchita habitación. Pareces no comprender. Una vez más. Me salvarías del desamparo y el exilio si tan sólo, fíjate, tan sólo me abrazaras. Pido mucho? Cuánto silencio rodea y comprime este espacio. Enloqueceré si continúas callando. Ven, ven junto a este titilar de palabras. No huyas tú, recuerda que la prófuga soy yo. Me he escapado de tantos tormentos y miedos sordomudos. No quiero escapar de esto que me genera tu presencia. Aquí y ahora no hay nadie más, mi vida. Disculpa el desorden, la casa y el alma las tengo dadas vueltas. Abrázame sin la piel, sólo con el alma...guárdame en tus pupilas, que el olvido es necio pero cobarde...al menos cuando me visita a orillas de la madrugada cada vez que te vas...
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