lunes, 8 de noviembre de 2010

Todo pasa...

Todo pasa, sin dudas y sin rencores, todo pasa. Cómo te explicas sino que el día traiga de la mano a la noche, bella noche de lunas. Pasa el día, pasan las horas enterrándome de recuerdos, algunos más imaginarios que reales pero recuerdos que pasan y me convierten en esto que no puedo evitar, en esta rama de la melancolía. 
Pasan las nubes, la tormenta pasa y se lleva el aire que me permite nombrarte, sin saber lo que me atormenta nombrarte. Pasa el silencio, el sonido se pierde por las desprolijas calles, y aquel grito que le regalé al viento se perdió en este vil laberinto, se fue metiendo en los rincones, en cada pasillo deshabitado en cada ventana sin persianas en cada fino hueco que lleva tu sombra y pasó, pasó el grito de un te amo como pasan las hojas que mueren en las aceras de un tardío otoño o de una inalcanzable primavera.
Todo pasa. La luz que te ilumina el alma por las mañanas pasa. Pasa el deseo, se funden dos cuerpos en un instante y pasa...Pasa mi tristeza, viene a arrebatarme palabras y se va, dejándome aún más a la deriva, pero pasa. Pasa la caricia que me llena el alma de ternura y me falta tanto la ternura de esa caricia...necesito esa caricia que pasa mientras busco hasta debajo del amanecer razones para subsistir...
Pasan los años, se acumulan en algún siglo, se mueren en algún abismo, se amontonan como lágrimas en la mirada, y pasan para olvidarse que vinieron. Cómo explicas que no tenga memoria? 
Pasa la verdad, de un día para el otro ya nadie la recuerda, a nadie le importa la verdad, menos mi verdad será que por eso pasa...Pasa tu mirada, me roba un suspiro cargado de resignación y pasa, se va como te vas tú cuando llega la mañana...
Todo pasa...todo, entonces, vida, por qué debería de ser el amor una bendita excepción?  Te lo has preguntado alguna vez?...

No hay comentarios: