...no todo es lo que parece...

Confieso que el invierno me ha caído como la noche aquella en la que me perdí en ciertos ojos. Todo lo que haría hoy por ti, es igual a lo ya hecho. Mi razón para no estar lejos es exactamente opuesta a tu razón para estarlo. De poder decirte todo, no sería capaz de escapar del silencio. Y escribo, escribo en las tardes para olvidar.

 

(Me alejo de su perfume para no desfallecer de amor, no por otra razón. Esquivo sus pasos porque sé que no vienen a mi, no porque no tenga intención de cruzarme con ellos. Vago por las noches para desmayarme en la cama y así no poder pensar, sólo por eso. Si evito sus ojos, llegaré más lejos, si miro sus ojos, caeré en el ayer, otra vez).

 

Caminar de noche, saboteando sueños lejanos, incrustando mis huellas en el rocío siento que me acerco más a tu ventana, pero sólo así puedo espiarte, cuando duermes, cuando descanses, cuando sueñas con otra soledad...

 

Porque no puedo sucumbir en su boca, me escapo. Porque soy cobarde para confesar mentiras, desaparezco antes de que llegue el alba y te vayas con otra de la mano...Soy capaz de recorrer todos los caminos que no me lleven a vos, el dolor de verte, me ciega el alma.

 

A veces, cuando la noche no puede sonreír, me acerco a tu alma y vigilo tu sendero, si el mundo fuera menos real, te besaría, pero no todo es lo que parece. Descubrí que tu mundo es real y que mis tristes intenciones, te alejan. Es que claro, ¿cómo permanecer en silencio cuando la culpa te mantiene despierta?. ¿Cómo imaginar que tu nombre me perfora el alma cuando te nombran, si yo te evito, evito hasta nombrarte?, ¿cómo podrías saber que te evito para evitarme sentirte?, ¿cómo podrías saber que evitándote, evité que supieras lo que siento?