Y te fuiste, no más. Destrabaste la puerta, con tu sonrisa de luna creciente me miraste, y te fuiste. Me abandonaste en el ocaso de mi cordura, me dejaste a la deriva en un mar de palabras sordas. Aspiré tu perfume hasta saciarme y me quedé pensativo, hilvanando tu recuerdo con tu ausencia. Qué dolor!! Dios!! La última vez que me sentí tan abatido fue después de buscar por siglos la realidad, la realidad a la que ya no puedo regresar.
Sé que suficiente no es necesario y que a veces, necesario no es suficiente, sé que no estás y que esta tristeza infinita durará lo que dure una eternidad, no busco evitarlo, pero el saber que todo pasa, como me lo repiten a cada maldito segundo, no es suficiente, no me alcanza con saber que todo pasa, y no es necesario que me lo digan tantas veces...
Te fuiste, te fuiste y así como sé que la noche pasará también sé que no estás...
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