Para caer no necesito más que ciertos ojos, o eso pensé en algún momento. Ahora resulta que estoy ciego de impotencia y dolor. Quizás vuelva a escribirle, si sobrevivo a este calvario, entregaré mi silencio, si no lo hago, habrá un libro dedicado al amor. Siento que algunos, muchos, no saben de qué se trata el amor, qué es el amor, y es triste que no lo sepan.
Puedo ser cruel, sin dudas que puedo y que lo he sido, sólo la impotencia de saber callar, me ha alejado del amor. Aún siendo así, creo que el amor me ha salvado de todos lo destierros. Construí mi historia en base al amor, y es una gran pena que algunas personas no lo hayan entendido. Es una gran grieta en mi universo que algunas personas no entendieran el amor, mi amor.
Lo que está por suceder, inevitablemente, siempre lo he sabido. Siempre sentí esa punzada en el alma, esa especie de premonición, ese palpitar agitado de que todo acabaría pronto. He visto mi vida con cristales manchados. El destino juega sucio, pero no sin antes avisarte. El destino no es lo que todos piensan. El destino está en nuestras manos.
Fui marchitando las palabras, fui congelando los espacios. Me alejé sin decir adiós, sin pedir perdón. Me alejaré, cuando llegue el momento, sin decir adiós pero pidiendo perdón, perdón por no haber tenido la suficiente capacidad para amar a cada de la forma que lo necesitaba, he amado a todos por igual y no sé por qué nunca fue suficiente.
Todos mis fracasos, mi miseria de abrazos, todas mis pequeñas victorias y hasta todos mis silencios fueron escritos y machacados. Que la vida te apuñale por la espalda es una simple falta de memoria. No me olviden, no se olviden que una vez hubo alguien rogando por amor, hubo alguien capaz de ver más allá y que a pesar de todo, siempre se calló.
No han visto mi dolor, mi sufrimiento, mi soledad. Han visto sólo aquello que los hacía sentirse mejores personas. Han sido tan hipócritas con mis desconsolada alma que todavía me duele. Porque la verdad cuesta menos, mucho menos que una lágrima, pero nunca han aprendido ni lo harán. Quizás, yo esté ciego, pero ciertas personas están sin alma, con lo que quiero decir que prefiero tener alma y no ver, a no tenerla y poder ver. Porque con el alma se ve mejor, se ve en realidad, así de simple, pero claro, ¿cómo pedir milagros si están vacíos? sólo quien tiene espacio para recibir, puede entender de qué se trata el amor.
Verán, el amor, en mi torpe opinión de sobreviviente, el amor es simple y llanamente, dar. Ofrecer lo que el otro necesita, aún sin ser consciente si uno lo tiene o no, sólo dar. El amor es saber que detrás de la tormenta hay un sol peleando con las nubes y el viento, por salir. El amor es lo que motiva, mueve, invita, besa, abraza, consuela, contagia, el amor es todo y si queda sin nada. El amor, eso que tanto intento expresar, es lo que llena cuando el mundo está vacío. Torpemente me meto en tus ojos, amor, para gritarte todo lo que sabés.
Para entender el amor sólo hay que entenderse uno mismo. Negar lo que uno es, ocultar lo que uno es, es contrario al amor, hace a la mente oblicua, hace al amor obtuso. ¿Cuándo serán valientes y dirán la verdad? ¿cuándo serán verdaderos y dejarán la hipocresía en la que habitan? Porque ahí es donde viven, muchos viven en la hipocresía. Tristeza me producen. Tristeza.
Que me esté muriendo, no me hace diferente, todos estamos muriendo y por razones diferentes, sólo el amor nos salvará del olvido. Sólo el amor me salvará del olvido. Pero es una pena que la falta de memoria de ciertas personas sea tan enorme, tan grande. ¿Por qué nunca han entendido mis palabras, mis pobres palabras? Es mejor callar cuando al mundo no le importa lo que sentís, cuando el mundo no ve lo que debería...Que el amor los salve, que el verdadero amor los salve cuando estalle la tormenta y el barco se de vuelta...
P/D: José es cierto personaje de cierto cuento que ciertamente nunca acabaré...
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