Vuelve el otoño a las ruinas de esta ciudad. Faltan escasos días para que la niebla vuelva a cubrir las noches y la llovizna se cruce de nuevo con mis ojos. Falta poco para reencontrarme con la idea falsa de no amarte más. Otro otoño está al caer, otro año amándote con todas las fibras de mi ser y mi alma. Es tanta esta soledad que me rindo. Con todo lo que luché y no te moví ni un milímetro de mi, de mi esencia. Y me rindo a este hechizo de amarte así. Cuántas veces calmé mis voces y humedecí los pañuelos? Cuántas veces maldije tu nombre hasta quedarme dormida? Cuántas veces atravesé las tinieblas de la duda para sucumbir en tu mirada? Ya no más. Me rindo ante tu voz, ante tu ojos y ante tu nombre. No sobreviviré otro año ocultándome en las sombras. El otoño golpea las puertas y ya no tengo fuerzas. Me rindo y me entrego al destino. Que suceda lo que debe suceder. Que no suceda lo que no debe suceder.
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