me equivoqué...quise derrumbar mis torpezas, aferrarme a una realidad que poco tenía que ver con mi realidad y acabé construyendo castillos de arena con la marea baja...
me equivoqué, amor, contigo me equivoqué y cuánto lo lamento, más ahora que está lloviendo y esa música que tanto me gusta se cuela por la ventana y me obliga a encender un cigarrillo para sentirme acompañada porque resulta que tú, mi amor, no estás, resultaste ser como todos, o sea, nadie...
me equivoqué...salí a caminar por las cornisas de una noche más que se aleja sin luna y caí, caí en el abismo del recuerdo de tu voz, cómo extraño tu voz...tu voz que en mi consciencia es un grito aletargado, despertando dragones...caí y sellé el último pacto que hice alguna vez con el silencio...no más, no más silencio...
me equivoqué...registré todas las sombras que pude encontrar, buscando la tuya, por supuesto, pero ¿adivina qué?, tú no tienes sombra, tu sombra está junto a mi sombra...acompañándome, acechándome, matándome, qué injusto equivocarme tanto...
después de la tormenta, el agua camina por las calles, dueñas de todo mientras yo, esta ilusa que te ama hasta con un tiempo que no tiene, disfrazo a tus recuerdos de fantasmas, y me meto en la cama, sonriendo...
equivocándome, aprendí...aprendí a desafiar al olvido...mejor aclaro que se trata de tu olvido, porque tu olvido nunca será mi olvido...no así como tu sombra...
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