Pierdo mi tiempo, te pierdo, me pierdo y vuelvo a empezar. No sé si la historia fue una historia, sólo recuerdo que tu belleza me somete a verte. No puedo, sinceramente, no puedo no espiarte o buscarte, o creer que aún estás. Ya no sé cuántas veces no te vi ni cuántas veces no me vi. No hay razones para sentirte así, no hay palabras para retomar el sendero. Sólo sé que yo te amo y las penumbras de mis escasas palabras, no te cubren. Estás lejos de todo, incluso de mi y de mi alma. Sé más cosas de las que quisiera saber pero no encuentro por dónde continuar. Olvidarte es una tortura. Es que, verás, no estás aquí, no estás allá, no estás donde pueda encontrarte y a la vez, tampoco estás donde pueda olvidarte. Suspiro por los rincones, maldigo en los amaneceres, malvivo en tu retrato. Una simple tortura esto de andar por las calles y no encontrarte, y si te encuentro, se me va la vida en una mirada. Triste pero al menos sé que vivo, este dolor que me perfora y me lanza a la mediocridad, también me sumerge en la realidad, yo te amo, vos no estás, yo te siento, vos ya me olvidaste...tiempo, tiempo, es todo lo que necesito, no lo único, pero sí lo que necesito ahora, tiempo...y estar lejos, los abismos que inventé me permiten callar...esta tortura que elegí es la condena más grande, lo sé, pero sólo así sobreviviré...
A pesar de todo, incluso del paso del tiempo, tu nombre sigue siendo una lanza atravesando mis sentidos y mis precarios estados...
A pesar de todo, incluso del paso del tiempo, tu nombre sigue siendo una lanza atravesando mis sentidos y mis precarios estados...
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