viernes, 7 de octubre de 2011

La realidad duele demasiado, es insoportable y más cuando no tiene lógica. La sonrisa debería ser moneda corriente por estos cuartos siempre llenos de fantasmas pero ni sonrisa ni sombra de sonrisa. Más cruel aún cuando abrazo al posible amor de mi vida sin dejar de pensar en esa maldita mirada de alguien más. Yo elegí. Me escapé de lo real, de lo que realmente sentía por cobarde y ahora pesa tanto que se me enferma el alma. Desde cuándo soy tan hipócrita? Esto no está bien, es que acaso se puede amar a dos seres al mismo tiempo? No, no se puede. Decidí alejarme de esa mirada que me hace tanto daño pero los ojos que miro ahora no me desnudan tanto. Y tanta es la confusión que hasta siento celos del viento que te roza antes que mis sueños...
Imagina cuánto silencio hay en el ambiente marchito de esta casa. Imagina cómo duele respirar sin tus besos. Imagina mis abrazos en la oscuridad tan desleal. E imagina el alma que te ofrecí completamente maltrecha sin tu realidad bordeando mi incredulidad. Podrás hacerlo? Crees que podrás con todo esto antes de que llegue el temporal?
Resulta menos agobiante respirar sabiendo que estás lejos. Prefiero oír tu suspiro en la distancia. Es que otra vez te vi, otra vez y el aire es cómplice de tu soberbia y me abandona, otra vez. Las tormentas que se avecinan tienen tu sombra en las manos. Debería de estar tan bien en estos momentos y sin embargo te extraño. No debería de extrañarte. Deberías de ser nadie para mi y sin embargo te extraño. No es justo que te encuentre en mi destino cuando comenzaba a olvidarme de su existencia. Ese maldito destino que nos cruza en las tardes de amores prohibidos y me envuelve de dudas y preguntas sin respuestas. Podré yo y mi voluntad contra tus ojos? Podré sortear los rincones que amenazan con desparramar mis ilusiones por los cielos? Realmente seré capaz de seguir contra viento y marea con mi decisión de amar a otro y no a ti?
Son tantas las cosas que tengo para decir y para darte. Tienes mis manos siempre abiertas para rescatarte del tropezón. Mis sueños para cubrirte las noches en soledad. Tienes mis palabras para aplacar al silencio que se atreve a callarte. Mis lágrimas para regar tus inviernos marchitos. Tienes mis tormentas para desnudar los acertijos del tiempo. Tienes mi destino en tus pupilas si quieres amarme, acaso. Y hasta tienes los reflejos dorados del futuro para alumbrar este presente sin sonrisas. Yo me quedo con tu perfume a jazmines y con tu piel morena sin sol para adorar mis noches, esas noches extrañas, cuando la soledad se fuga de mi lado porque comprende que existen otras almas en este universo. Sin que ello destrone esta sensación de estar sola. 

P/D: No busquen entender, generalmente desparramo más palabras de las necesarias, una cuestión de fuga que casi nunca ayuda demasiado...

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