Cuando logres calmar tus demonios, cuando puedas escuchar sin maldecir, cuando tus conflictos de cobarde sin imaginación se disuelvan por arte de magia, cuando seas capaz de hacer encastrar lo que decís con lo que hacés y con lo que decís sentir, quizás ahí nos vemos. Quizás ahí mires y ya no me encuentres.
Cuando el silencio gane la batalla en tus turbulentas emociones, cuando seas lo suficientemente inteligente como para controlar tu ira, tu falta de recursos de campeón frustrado, ahí, quizás ahí puedas verme y sentir mi ausencia, mi ausencia, sí, porque la vas a sentir...
¿Sabés qué? Me cansé de buscar caminos que me lleven a tu inestable caricia, a tus fugaces abrazos, a tu maldita presencia, me cansé! Ya no enloqueceré por tus desplantes, ya no sufriré por tu falta de tiempo, por tus contestaciones monosílabas. Yo recuerdo perfectamente todo lo que pasó, todo. Tengo una memoria enorme. Y ya me esforcé demasiado por mantener mis huellas cerca de las tuyas, y de tanto esfuerzo, me cansé. Sí, por supuesto, también soy cobarde, pero abandono esta cruel y despareja lucha. Yo te amé, yo te amaba, pero me cansé. Por favor, sé feliz como puedas, con quién puedas, dónde puedas, sé feliz, maldita sea!!!
No hay tristeza, hay sólo memoria. No sos ni remotamente capaz de querer a alguien. Quizás cuando veas una sombra que no sea la tuya sea demasiado tarde.
Te deseo toda la paz que necesitas y que buscas por los caminos incorrectos...todo el amor que buscas en las personas ajenas, esas personas que no son tuyas ni de nadie, supongo que me entenderás. Te deseo la felicidad más plena y que todas las penas paseen lejos de tus ojos. Te deseo una lámpara de aladino y deseo que tus deseos sean cumplidos poque yo hasta acá llegué, me cansé de esperar un atardecer juntos o una luna compartida. Me cansé...los misterios fueron revelados, amor, no te importa nadie, nadie...