jueves, 17 de septiembre de 2015

Vestir Santos

Tu mirada, un pedazo de infierno
devora todos mis inviernos
mientras mis manos
quedan encalladas
en cada caricia que no te di.




Todos pasan y nadie mira
todos pasan y nadie puede verme,
el olvido pasó
pasó
y no me vió
pero claro,
el olvido no es un santo
y no vendrá a rescatar
tu recuerdo de mi llanto.




Tu sombra arrastra su voz
hasta mi hueco de la almohada
pero allí no hay nadie
nadie...




Cómo escapar de este martirio?




Quizás decida
vestir santos
hasta alcanzar el olvido
o
podría desvestir demonios
y tal vez así
callar tu sombra
que en las penumbras
es una lanza
atravesando mis espacios...

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