Me levanté con menos ganas de las habituales, hice lo de siempre con menos ganas de las habituales, es decir, lo rutinario y asfixiante de siempre. La mañana pasó bastante rápido, bueno, bastante no define nada, pero pasó, como pasa la tarde, la noche, etc, pasó...Pero cuando llegó la noche, que siempre termina pasando, pero a veces parece eterna y sospechosamente larga, es como si algún malvado detuviera las agujas y se pusiera a jugar a las cartas con el tiempo, mientras acá, nosotros, simples mortales, los que no podemos dormir, no tuviéramos necesidad de hacerlo...en fin, decía que cuando llegó la noche, tuve que salir a caminar un rato para saber si estaba viva, si respiraba o si a caso, me había dormido y ahora estaba soñando, es que el fresco de la oscuridad siempre te arroja a la realidad...es difícil sentir frío o calor en sueños, bueno, salí y me compré un vino, y no fue un simple acto-reflejo, fue algo premeditado y esto es mucho peor, mucho peor. Crucé un par de fantasmas y ninguno se atrevió a razonar conmigo, las personas locas no hablan con fantasmas, las personas locas hablan consigo mismas. Volví a la casa, esa maldita casa, y digo maldita porque está embrujada, no es una llana afirmación, está embrujada y pasan cosas tan raras que a veces me asustan, otras me divierten. Me senté en el piso, al lado del sofá, no quería estar en el sofá, tirada, preferí el piso y creo que luego me arrepentí. Y me tomé el vino como si hubiera pasado días sin beber una sola gota de agua.
Acabé tirada contra la realidad, besando un recuerdo, llorando por lo que pudo haber sido en lugar de sonreír por lo que fue...efectos del alcohol, me digo mientras enciendo vaya a saberse qué número de cigarrillo e intento pensar cuando todos sabemos que pensar borracho es una ridiculez. Concluyo que llevo meses anestesiada, sin lugar a dudas que tocar fondo es una buena manera de subir...Y me pregunto que te preguntarás vos cuando me ves, en el caso de que te preguntes algo, lo cual no sería absurdo, ya que hay gente que vive sin preguntarse nada y yo aún no entiendo cómo hacen para vivir así, sin preguntarse nada. Quizás te preguntes qué estoy haciendo sin vos, quizás ni sepas que todavía respiro. Sin vos me siento sin mi, así de simple y confuso...demasiadas palabras escritas y ninguna pronunciada, la historia siempre se refugia en mis escritos...vaya absurda manera de irme a dormir...cerraré lo ojos, si, dará mil vueltas mi cabeza y me quedaré dormida, seguiré anestesiada...el olvido viene cuando quiere, cuando no tiene pendiente algún partido de cartas con el tiempo... ni vos rogándome que te olvide, lo podrías hacer venir, ni yo rogándote que desaparezcas, conseguiría que viniera...y he vuelto a jugar con las palabras, únicas armas para pelearme con tu recuerdo o mi llanto, ya ni sé...
¿Hallaré mi sombra en alguna parte? la oscuridad no es buena consejera y el ruido en mis oídos es insoportable...mucho alcohol, poco amor...poco amor.
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