Vuelvo del trabajo y esa quietud que desgarra el aire me envuelve y me hace desaparecer, me convierto en una sombra más deambulando por ahí. Y la melancolía me toma por sorpresa, otra vez. Son más, mucho más de las doce de la noche y a esta hora todo duerme, todo menos yo. Me desvelo con facilidad, en realidad, soy noctámbula como mi amiga Lau. Y es en estos momentos cuando la ciudad me devora. No ocurre nada en los alrededores, es tan grande el silencio que temo romperlo. Mil veces, quizás más, me he preguntado qué sería de mi si la ciudad fuera otra...y no es otra, es la misma desde que nací y seguirá siendo así...si la ciudad fuera otra no te hubiera conocido, mi amor. Si la ciudad fuera otra quizás este mutismo no existiría y hasta la monotonía se ahuyentaría.
Y si la historia fuera otra? Si no te hubieras ido? Pero no es otra...Si tu ausencia fuera otra? o si el cielo fuera otro? Pero no, no hay otro, no existe otro...
Si la ciudad fuera otra quizás sucedería exactamente lo mismo que ahora...un silencio demasiado charlatán para mi conciencia, un paquete de cigarrillos por la mitad, una búsqueda ciega de tu perfume, una pérdida de tiempo...
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