lunes, 16 de julio de 2012

No lastimes mis pies

No lastimes mis pies
alejando tus pasos,
no lastimes mis pies
borrando las huellas,

el futuro es tirano si te pierdes,
el destino es macabro
si te hundes en el ayer.

Déjame,
déjame cultivar el sendero
con flores-huellas,
déjame regalarte
el mapa de mi memoria,
sólo así nos encontraremos.

No lastimes mis pies
haciendo caminos de cemento,
no lastimes mis pies
inundando los paisajes,
no lastimes mis pies
tirando rosas con espinas
por las calles de barro
en medio del vendaval.

No lastimes mis pies,
ellos necesitan tu ternura
para no exiliarse en la locura.

No lastimes mis pies
inventando curvas
sin antes avisarme,
no puedo darme el lujo
de extraviarme...

No lastimes mis pies
dibujando cruces sin estrellas.

No cambies de dirección
los puentes que nos unen
ni escribas
promesas cuando hay viento,
no lastimes mis pies,
no puedo darme el lujo
de perder tu perfume.

Sólo eso

Por cierta razón que no puedo explicar muy bien, vaya uno a saber por qué suceden ciertas cosas, hoy te volví a extrañar como cuando recién te había perdido. Quizás me equivoque más de lo permitido, y lo siento, pero no puedo, realmente no puedo escuchar tu nombre ni soporto saber algo de vos, es que cada vez que eso sucede, sucede esto otra vez, te extraño y el tiempo se vuelve un imbécil (al igual que yo) y las palabras que no te supe decir, se vuelven tiranas. ¿Quién te dijo que no te recuerdo? ¿quién te mintió tanto?. Te recuerdo cada tanto, no siempre pero cada tanto. No pude fingir lo suficiente como para evitar tu mirada. Sé cómo manipular los espacios para no cruzarte pero nunca sabré cómo seducir al olvido. Que pueda mirarte a los ojos otra vez, no significa en lo más mínimo que ya no me hagas daño, significa que ya acepté mi dolor, sólo eso. Y verte y extrañarte cuando regreso a casa, me recuerdan que aún te quiero, y te quiero sólo para mi, a solas conmigo, en mi y sólo para mi. Comprenderías mi triste verdad si leyeras más y cuestionaras menos.
Jugar con las palabras me permite camuflar lo que siento, y sobrevivir a los temporales que me abrazan por las madrugadas cuando el insomnio queda anclado en mis pupilas. Siempre elegiré armar anagramas con tu nombre y fugarme de la realidad, antes que sucumbir a lo que siento cuando te acercas a mi alma.
Quizás el tiempo existe y el olvido también...sola no podré...te extrañé una vez más, ¿sabías?. No es buena idea que tu sonrisa mi mire así, no, no lo es...

jueves, 5 de julio de 2012

Todo de ti...

Me duele saberte ignorante de mis sentimientos. Sé más de lo que quisieras que sepa. Sé cómo te gusta que te besen, sé cómo te martiriza la sociedad; el qué dirán te mantiene refugiado en tu altanera ignorancia, porque tú ignoras que yo lo sé todo de ti. Cómo quieres que te explique entonces? yo sé cómo se endurecen tus ojos cuando la injusticia desborda los de otros. Sé cómo caminas, sin pedir permiso ni perdón, sé cómo te avergüenza la mirada de mi alma, también sé cómo te irrita la desfachatez del mundo para hablar de los demás. Conozco tu pesar de tenerlo todo y no saber por qué, tenerlo todo es un privilegio del que no te darás nunca por aludido.
Puedo desnudarte con una mirada y erizarte la piel con una caricia. Sé cómo manipular tu ternura encerrada bajo llave, lo sé y te aterra que lo sepa. También, para tu pesar, sé exactamente cómo doblegar tu soberbia. Sólo me duele tu ignorancia a mis saberes, lo sé todo de ti, todo, hasta cómo duermes y cómo sueñas. Sé que tu vida es relajada, simple, tranquila, no tienes disfraces como el resto de los mortales, porque todos usamos una máscara distinta dependiendo de la situación, cuántos son los realmente únicos a pesar de todos? pocos, tú y otros tantos ángeles sin cielo, quizás. Yo te había dado mi cielo, mi precario cielo, y ahora todo está desvastado. En fin, saberlo todo de ti, hasta con qué pie te levantas y cómo son las líneas de tu mano, pero si, saberlo todo no me da ni siquiera un permiso ocasional para tenderme en tu mirada por unos segundos, esos segundos tristes donde todo vuelve a ser para dejar de serlo, segundos tristes donde nada queda y todo se recuerda. Y pensar que en tu ignorancia, también te olvidas de que te amo, como si el destino fuera un militante fiel del olvido.
Qué manera de desparramar cicatrices para llegar a esta verdad, aunque el tiempo me tire en la cara la vida entera o lo que me quede por vivir, yo todavía sigo pensando en tí...quizás por saberlo todo...porque sé también a quién amas y por quién suspiras en las noches de luna llena...lo sé y duele más que tu ignorancia...