Nací un 15 de junio de 1981. El primer paso sola lo di el 20 de julio de 1982, exactamente el día que nació mi hermana. Mi primera palabra la dije un tiempo después, y fue mamá, obviamente. En 1985, con 4 años, mi padre me enseñó el alfabeto, y creo que ahí me enamoré de las palabras. En 1986, con 5 años ingresé a primer grado y aprendí a leer y a escribir, confirmé mi amor por las palabras. Según me cuentan, devoraba los cuentos. En 1989 empecé a jugar tenis, lo amaba y aún lo hago. En 1993, entré a la adolescencia, primer año de la secundaria. Ese mismo año, encontré en los ojos de un compañero la primera idea del amor. Sufrí como nunca antes. En 1996 probé el cigarrillo, y fue una estupidez que aún conservo. Festejé mis quince años, fiesta sin vestido. Me enamoré. Sufrí otra vez. Crecí. Dejé el tenis. Conocí gente increíble que sigue siéndolo. Terminé quinto año en 1998 y sin saber sonreír. Viajé a Bariloche, viaje de egresados. Fui feliz a mi manera. Me tomé un año sabático y fue uno de los peores años de mi vida. Estaba desorientada. En 2000, nuevo siglo (guaauuu!), me mudé. Empecé una carrera universitaria que nunca terminé. Viví con compañeras, nunca sola. Volví a crecer. Hice amigos que aún mantengo. Me enamoré otra vez. Me dejaron. Nunca lloré, no sé hacerlo. Me alié con el silencio. En 2002 abandoné la facultad, volví a vivir con mis padres (una tortura). Trabajé. Hice de todo para sobrevivir. En 2005 nació mi sobrina, Antonela, mi ahijada también, la luz de mi vida y fue amor a primera vista. En 2007 me volví a mudar, de casa y de ciudad. Me fui a vivir con una amiga. Me volví independiente. En 2009 me mudé sola. Mi primer departamento. Un horror. Me acostumbré. Perdí a mi alma gemela, mi tía María se fue donde habitan los ángeles, aún hoy la siento. También fui feliz. En 2010 conocí una persona que cambió mi vida y mi visión del mundo. En 2011, año tétrico y nefasto, perdí a esa persona. Recorrí medio país con mis padres, en auto, realmente es hermoso este país. Nació mi segunda sobrina, Lucía y se convirtió en el segundo sol de mi universo. Me despidieron de mi trabajo. Me mudé de nuevo a casa de mis padres. Dejé la ciudad que elegí para vivir. En el medio, viajé, conocí lugares increíbles. Terminé bien un año muy malo. En 2012 abrí mi propio negocio, un micro emprendimiento que me ayuda a vivir. Y el año se me fue volando. Empecé este 2013 muy bien,con amigas. No me volví a enamorar...
Sé soñar, no sé jugar...Sé amar, no sé olvidar...Sé caminar, no conozco el camino...Aprendí a sonreír aún no sé llorar...
Viví muy bien, vivo bastante bien. Conservo intacto el amor por mis amigos y por mi familia, por cada uno de ellos. Sufrí y aprendí a no recordar lo malo. Tres décadas parecen muchas, pero cuando mirás para atrás, pasaron demasiado rápido...